La Ley del Deporte

VOLEYBOLISTA Y PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA VÍCTOR «EL COQUI» HUMERE EN LA LEY DEL DEPORTE (24/11/17)

El viernes 24 de noviembre apareció el Profesor de Educación Física, Promotor de Derecho, muy buen jugador de fútbol, y el mejor jugador de vóley que «el dueño de este par de ojos» vio en su vida.

El invitado arrancaba hacia la red con un ímpetu, una fuerza, y una determinación que hacían pensar que se iba a llevar el mundo por delante. Resolvía de inmediato con una potencia aterradora. Te ejecutaba, te liquidaba, mal. Le pegaba y cabeceaba como los dioses, no solo por su altura, sino porque además se elevaba mucho y no dudaba en las alturas a la hora de elegir el lugar y meter el «fierrazo» de inmediato.

Es del Barrio Belgrano, útero de los mejores jugadores de Vóley de Concordia, ahí nacieron todos: «Pételo», «El Pliega», «El Chepa», «El Chino», «El Fino». El barrio Belgrano es de casas coloniales, iguales, prolijo, pintoresco. Rodado por las vías del tren y el arroyo Manzores, entre el barrio San Agustín y el Juan 23.

Era de una banda de amigos, aún lo son, que se juntaba todos los días a jugar al vóley, en el «campito» del viejo barrio. Bienvenido Víctor «El Coqui» Humere a «La Ley del Deporte»:

«Que haces Lobito querido. ¿Cómo andas? Que alegría verte. Arrancamos de chico en el barrio. Armábamos una cancha imaginaria, a veces sin red, y ahí nos quedábamos jugando todo el día. Siempre estábamos en «El Wembley Arena» con los muchachos. Los mejores momentos de nuestra infancia lo pasábamos jugando al vóley en ese «baldío». Después le clavamos dos palos de maderas y una red de pescar y listo. Ahí nos sentíamos en Disneylandia. Nos juntábamos todos hasta la caída del sol para desafiarnos y divertirnos un largo rato»

«Fui primero medio mascota del legendario equipo de Regatas que ganó el regional, provincial y llegó a jugar en primera división. Nos usaban a los juveniles de sparring y terminé jugando. Aquello fue una locura, jugaba «El Ale» Bordazar, Luciano Posadas de Concepción, Thales Guimarães de Brasil. «El Fino», «El Chino»… El Municipal reventaba, todavía siento el grito de la gente, para poder sacar tenías que pedir permiso para poder salir de la cancha. No cabía ni un alfiler. El hincha estaba dentro de un manicomio, como decís vos. En Concordia hay una historia larga y gloriosa en vóley. Y aquel equipo tenía una mística terrible».

«En el Beach Vóley me siento más a gusto. Se forma un vínculo muy estrecho con tu compañero, de respeto, confianza, cariño, compromiso. El Beach es mi gran pasión. Me encanta todo. La arena, la playa, el agua, el sol, los atardeceres en la Playa Los Médicos en el lago o en Los Sauces de la costanera del río Uruguay, llevar conservadora llena para hidratarnos y comida para restaurarnos… Jugué, desde que arranque con Miguel León, pasando por «El Chepa» Prat donde salimos campeones del Circuito Entrerriano de Beach muchas veces, con muchos amigos… Huf… ha pasado mucha gente. Y también en el vóley convencional con «los de siempre» que vos conocés… «El Ale» Cornu, Marcelo Romero, «El Pliega», «El Fino»»…».

 «He representado a Entre Ríos en los Campeonatos Argentinos y al país en el Sudamericanos de Beach Vóley en Viña del Mar representando a la Argentina, con un jugador rosarino. Mi dupla habitual era un uruguayo, qué por razones obvias, no pudimos jugar juntos. Me he enfrentado los mejores exponentes de este deporte en el ámbito nacional y continental».

«Jugué al futbol toda la vida, en comerciales compartimos el equipo de «Los Monolitos», en el Club de Profesionales Universitarios en Abogados A donde ganamos muchísimos campeonatos y después en Escribanos. Los sábados religiosamente nos pasamos todo el día ahí. Y los martes y jueves teníamos entrenamientos que han sido dirigidos por Alejandro Bordazar y por mí. Entrenamos, jugamos, disfrutamos de los terceros tiempos, hacemos asados… No nos queremos ir más de ahí ¿Dónde vamos a estar mejor?».

«Laburo en la justicia de promotor de derechos, con chicos menores de edad acusados de cometer un delito. Ahí le damos, aparte de contención y afecto, una defensa, le damos a conocer los derechos a todos los chicos. Con mucho interés en estos jóvenes infractores o presuntos infractores a la ley penal. Para eso necesitás conocimientos de sus derechos humanos. Capacidad para escucharlos activamente, hablarlos y que te crean. Y capacidad para innovar creativamente así «los gurises» absorben lo que uno le transmite. Siempre le damos acompañamiento y asesoramiento profesional. Y trabajo como profe de educación física con los chicos de las escuelas de Concordia».

«Hoy estamos de asado con la banda. Te mandan saludos, están todos escuchando desde el quincho de «Los Profesionales» y haciendo un alto festejo porque que salimos campeones este fin de semana en un campeonato de Maxi Vóley en Tacuarembó, Uruguay. Acá me escriben y dicen que me dejes hablar un poco más… Ja, ja, ja. Ahora me estoy yendo para allá (se ríe «El Coqui»). Hoy «hay fecha», con «los de siempre».

Estos pibes, envueltos en una nube de humo, a punto de comer asado y tomar vino en el Club Profesionales, jugaban todos los días del año a la intemperie y gozaban haciéndolo. Aunque el viento «corra como un caballo» por el río, el arroyo o el lago, siempre se los veía hipnotizados por la pelota, a los gritos y llenos de tierra y arena.

Hoy, «El Coqui» Humere, sigue jugando fútbol en el Club Profesionales, con buen manejo de pelota en velocidad y una saltabilidad que pareciera que sube por una escalera invisible. Gana en «la cancha de arriba». Y obviamente insiste al vóley con «la vieja barra» del Barrio Belgrano,  donde sea. Ejecutando violentamente los remates, con «resortes» en las piernas y un «cañón» en el brazo. «Coqui» Humere hace lo que hizo siempre y se junta con la banda de siempre. Es lo que ves. Es lo que parece ser…

Es de la clase media digna, que entrenó, estudió, se casó, y laburó. Aún sigue haciendo todo eso. Porque como dice un proverbio futbolero: «equipo que gana no se toca». Amistad, familia, institutos, trabajo y amigos. Bien de barrio. Bien sencillo. Y cuanto más sencillo… Más mejor.

Tanto para los chicos condenados que aún están a tiempo de recuperarse, como para los que no lo están y necesitamos que anden bien para que no nos dejen «la cabeza como un colador de fideos», como para los que quieren estudiar Educación Física, o para los que quieren jugar al vóley: Víctor «El Coqui» Humere: «El Bombardero del Belgrano».

LA LEY DEL DEPORTE (MATRIX 94.9 Y WWW.RADIOMATRIX949.COM).

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