La Sopa Paraguaya nació en el país bilingüe por excelencia de sudamérica. ¡Paraguay! Ellos todos hablan el Guaraní y también el Español. Es un país chico en el corazón de la gran América del Sur. Pero de historia gigante y gloriosa.
Los matacos y los guaraníes habitaron sus tierras desde hace miles de años antes de cristo, los misioneros y demás invasores. Y el Paraguay fue el país mas prospero de toda la región, hasta que tuvo en guerra cobarde e infame frente a Argentina, Brasil y Uruguay (la Guerra de la Triple Alianza) por 5 años, casi que no quedaron adultos vivos… y contra Bolivia también, feroz y sangrienta (La Guerra del Chaco). Van «al frente» como locos los «paraguas».
Allí nacio esta receta exquisita y tierna. Es un bizcochuelo esponjoso y salado, que se hace con harina de maíz. No confundir harina de maíz con polenta (que es una receta italiana). El maíz es un producto sud americano si los hay, como ellos, que son bien bravos y de raza.
La harina de maíz es un polvo amarillo que proviene de la molienda del choclo, lo procesan cocido, crudo y hasta tostado por el «importante sol». Hay muchas clases. Es especial para celiacos, porque no contiene gluten! Es una zona liberada para aquellos que no toleran esa sustancia.
La receta es bien sencilla y muy proteica! Se come solo de entrada (como para arrancar), parado «a la carrera» (en las calientes calles de Asunción) o con el asado (alta guarnición). Al aire libre para compartir en el parque (como para sumar con «ella»).
Le «entras» con la mano, tenedor o guarnición de una carne típica de allá. Es infaltable en los casamientos paraguayos. Tanto es así que se apura al novio con esta pregunta: ¿y Motta, cuando comemos la sopa? Es un chiste nacional de allá. El citado Motta es un perpetuo soltero! Prefiere morirse de hambre que de angustia.
Lo comen en el civil, en el coctel y en la festichola propiamente dicha. Alguno en el «trencito» agarra con una y «pica» con la otra. ¡¡La sopa paraguaya es infaltable!! Puede faltar la suegra pero no la sopa…
Ingredientes:
300 gramos de harina de maíz (harina paraguaya), 4 huevos grandes, 1/2 litro de leche, sal y pimienta a gusto, 500 gramos de cebolla y 500 gramos de queso criollo y de buena calidad.
Procedimiento:
Batir los huevos con la leche entera hasta espumar. Agregar sal y pimienta. Luego, y de a poco, la harina de maíz, en forma de lluvia, siempre mezclando con intensidad. Podes mezclar en una batidora para que no te quede ni un solo grumo o en el mixer. Debe quedar una pasta homogénea, brillante, dorada, bien copada!
Pela y corta las cebollas en pluma, tienen que quedar finamente picada, no a lo chancho. ¡Transparentes! Súmalas, junto con los dados de queso, a la preparación anterior de leche, huevos y harina de maíz!
En manteca una asadera o fuente para horno y cocina 50′ minutos a fuego moderado (150°). A mitad de cocción podes espolvorear mas queso duro o semi duro, para que gratine y le de una costra en la superficie que arrancara suspiros de «ellas», y arrancara la conciencia en «ellos». Mirala de tanto en tanto a ver como viene la cosa…
Cuando abras el horno, te va a largar una bocanada de humo con un aroma exquisito. Agarras servilleta y le entras con las muelas, con algo de precaución porque estará muy caliente.
Son ingredientes sencillos y calóricos. Hace la receta que es fácil, rápida y de gran nivel. Y le va a encantar a los niños y a los abuelos. ¡Y todo los otros que existen en el medio!
LA LEY GASTRONOMICA (MIERCOLES 20 HORAS ACTIVA CONTINENTAL 98.9).