Luis Ángel Firpo (36-6, 28 KO) fue el primer ídolo del deporte argentino. Antes de Fangio, Vilas, Maradona, Monzón o De Vicenzo… existió un boxeador que paralizo al país allá por los lejanos años 20. Han pasado casi 100 años de sus hazañas… En la década del 20 Borges debutaba en la poesía, los carnavales eran sensación en los barrios, y la gente deliraba por Gardel y Luis Ángel Firpo. «El Toro Salvaje de las Pampas»…
Luis Ángel Firpo fue para muchos el mejor peso Pesado de nuestra historia. El padre del boxeo profesional argentino. Fue nuestro primer y gran producto salido de la rica fabrica de boxeadores que es la Argentina. Luis Ángel Firpo nacio en Junin en 1894. Hijo de un italiano y de una española. A los 12 años se va a Boedo, Capital Federal, a vivir con su papa. Labura en un restaurante y en una farmacia. Y obviamente se hace fanatico de San Lorenzo. Como le gusta decir al periodista deportivo Walter Nelson: «el equipo con mas sobrenombres del futbol argentino».
Arranca a destacarse en el Almagro Boxing Club. Como un pesado fuerte, tosco, de manos que abollaban la cabeza de sus rivales. Era un chico educado y respetuoso, pero dispuesto a «desmantelarte» sin remordimientos… Medía 1,89 y pesaba casi 100 kg. Debuta ganando un 10 de diciembre de 1917 por puntos frente a Frank Hagney en Buenos Aires, luego pierde por KO 1 en Uruguay frente al charrúa Ángel Rodríguez ante la presencia de nada menos que «un tal» Carlos Gardel. ¿Se desmotivo? Firpo creció en esa adversidad y se prometió ser un monstruo en la máxima categoría…
Desde el 1918 al 1920 pelea, por problemas de habilitación en la Argentina, en Chile y en el Uruguay. Combate 10 veces. Gana 8 y 7 por la vía del knock out. Muchas veces cobraba con alimentos que luego los re vendía en el puerto de Buenos Aires o en el mercado de El Abasto. Era un boxeador, manejador y promotor de su vida. Era un atleta torpe y lento, pero de una fortaleza física y mental irrepetible.
Desde el 1920 hasta el 1922 gana 5 con 4 por KO. Ya sombraba al mundo del boxeo por su tamaño y insaciable sed de fama y fortuna. En la meca del deporte se hablaba que había un «toro salvaje» sin domesticar en el cono sur. Era un animal exótico desde la ultima parada del continente hasta la helada antártica. El compraba los videos de sus peleas por un precio superior a la mismísima bolsa de las veladas. Y luego las vendía a los cines de la industria cinematográfica que nacía y crecía a pasos agigantados.
Se lo recordara eternamente porque un 14 de septiembre de 1923, ante 80.000 fanáticos en New York, saca del ring por 17 segundos al invicto campeón mundial de los Pesados, Jack Dempsey en el Round 1. Cayo en el segundo siete veces. La ultima definitiva. ¡Se la llamo «La Pelea del Siglo»!
Tenia una gran pegada. Habia noqueado 8 de sus últimos 9 rivales en E.E.U.U. Antes de su pelea por el titulo del mundo Pesado le había ganado a Jess Willard, Bill Brennan, Homer Smith, Dave Mills, entre otros. Un Argentino en New York. También peleo en México y en la Cuba pre revolucionaria. Esto es la pre historia del boxeo profesional.
Su pelea con Dempsey fue el primer relato en vivo en la historia de la radiofonía argentina. Arrancaba la increíble Cabalgata Deportiva. Se la escucho por Radio Cultura. Y se la transmitió desde un diario por un parlante gigante para la época. Había pocas radios en Buenos Aires en 1923. Eso era cosa de privilegiados… Una multitud siguío la pelea desde la puerta de el diario que retransmitía la pelea. La historia dice que: «Una toalla verde iba a salir por la ventana si Firpo ganaba y una roja si Dempsey era el vencedor. Cuando cae «El Yankee» sacan la verde y la gente se enloquece… ¡Se pensó que era el final y victoria! Como el norte americano vuelve al ring y da vuelta el desarrollo, el banderillero corrige el error y saca la luz roja… Pero ya era tarde… ¡La gente deliraba pensando que teníamos el primer argentino campeón del mundo y encima de la máxima categoría!
Tras la pelea arranco el sentimiento anti imperialista. Se levanto la prohibición de boxear en Argentina y Firpo se consagra como el primer ídolo del deporte argentino. También las radios empezaron a venderse mucho, aunque había que «sacudirlas» un poco cuando empezaban a roncar… Firpo volvió a presentarse en Canadá, luego en Perú, Estados Unidos. Volvió siempre. La ultima a los cuarenta y un «pirulos», pero ya su «magia» se iba extinguiendo de a poco…
Fue modelo, empresario, luego con el auge de los autos se convierte en agencista. Los vende como «pan caliente». Se construye un imperio y es un empresario brillante y muy prospero. Se llena de moneda. Un visionario como pocos. Fue una de las personas más ricas del país. Posteriormente arranco un exitoso negocio ganadero de aquella la época. Termina siendo dueño que 12.000 hectáreas de campo de las ricas tierras de la pampa húmeda. Ellas hicieron de el una persona de distinguida y prospera. Hasta tenía avión propio para ir a monitorear como estaban sus tierras y sus animales. Un ganador y un elegante campeón.
Luis Firpo muere en 7 de agosto del 1960 en Buenos Aires. El corazón de «El Toro Salvaje» se canso de latir. Tenía solo 65 años cuando muere de Mal de Chagas la Licencia N° 1 de la historia del boxeo «argento». Hoy en dia en su bóveda del Cementerio de la Recoleta hay una excelente escultura de un inolvidable deportista que enaltece la profesión del boxeador. La escultura la hizo el genial artista Luis Perlotti.
Luis Ángel Firpo vivió responsable y honradamente hasta su último respiro. De tal manera que si un periodista amarillento o fanático refutador de leyendas llegara a hablar mal de él… nunca nadie lo creerá.
LA LEY DEL BOXEO (MARTES 20 HS RADIO ACTIVA CONTINENTAL 98.9 y WWW.ACTIVACONCORDIA.COM).