La Ley del Deporte

¿QUIEN FUE JOHNNY «MI VIDA LOCA» TAPIA? POR LA LEY DEL BOXEO (25/7/17)

Johnny Lee Tapia nació un 13 de febrero del 67 en Albuquerque, Nueva México. Fue un demonio en el ring y en la vida. Ex campeón mundial de los Super Moscas, Gallo y Pluma. Un exquisito boxeador. De fundamento. Gran estilo y técnica desarrollada. Popular y taquillero a dos manos.

Tapia siempre encendía el espíritu bélico de sus fanáticos de Albuquerque. Muy amado por toda la banda de la ciudad de medio millón de habitantes. Famosa por la Ruta 66 y por The Walking Dead. La gente lo quería mucho, pero en el ring te daba una importante paliza.  Trabajaba durísimo la pelea para que la gente se excite. Era muy completo. Determinado. Gran mecánica.

Johnny dejo este mundo doloroso y cruel con un récord de 58-5 y 30 KO. Fue un hijo de su madre en el ring. Intenso y adrenalínico. Le gano a Manuel «El Manteca» Medina, a Hugo Soto, a Danny Romero y a Mauricio Pastrana, entre otros.

Cuando Tapia estaba en la panza de la mamá…  su papá desapreció literalmente de la faz de la tierra. Y cuando tenía solo 8 años presencio un hecho del que nunca se pudo recuperar: la salvaje violación y el cobarde homicidio de su mamá. La encadenaron en un camión, la violaron, y luego la apuñalaron hasta matarla. En frente de Johnny…

Y ese hecho lo acompaño toda su vida. Nadie se concentró solamente en su carrera. Siempre los periodistas «volvían» al final que tuvo la vida de Virginia Tapia Gallegos y el impacto terrible que tuvo en la vida de su hijo. El confesó que cuando entrenaba y golpeaba rivales imaginaba esos tres demonios que usaron como basura humana a su mamá.

Johnny Tapia conocía todas las trampas del manual del boxeador. Pillo y de gran escuela. Vieja guardia. Ortodoxo. Lo que los viejos periodistas llamaban un boxeador exquisito. Fue invicto en sus primeros 48 combates. Pierde en decisión controvertida con Paulie Ayala en la Pelea del Año 1999. Inolvidable. La revancha la perdió en un fallo más tirando a robo que otra cosa! Se vino a pique en lo anímico…

Fue un petizo picante. Taquillero a más no poder. Un grande del boxeo. Alegre, voz de pito, y amado. Más de 20 peleas por títulos mundiales. Impresionante para un tipo que sufría una gigantesca adicción a las drogas y una profunda depresión!! Más que impresionante… increíble.

Johnny Tapia fue declarado clínicamente muerto por sobredosis en cinco ocasiones. Se pegaba una caravanas maratónicas. Y cuando estaban cavando su fosa «arrancaba» su corazón. Su vida estuvo siempre «patas para arriba». Esclavo de sus tormentos… nunca pudo manejar su vida fuera del ring. La cabeza lo traicionaba. La droga lo consumía, el auto lo manejaba y su instinto lo suicidaba.

Casi se muere por «decisión propia» decenas de veces. Siempre era noticia. Ya tenía a la prensa amarilla mal acostumbrada a sus desventuras. Ellos se relamían con sus «escándalos». Su primo y su tía se accidentan fatalmente camino al hospital cuando iban a visitar a Johnny Tapia que se moría en terapia intensiva. Siempre se «tuteó» con el drama y el cementerio.

Quiso ser Campeón del Cielo y del Infierno. Y de todo lo que hay en el medio. Y eso es imposible. Dejó un dolor muy grande entre sus seguidores. Gloria y horca de un petizo inolvidable. En un documental llamado «Mi vida Loca» confiesa: «Yo soy el campeón del mundo, absorbo todo el amor del universo y ofrezco mi corazón a el. La gente me respeta y me quiere mucho. Pero cuando voy a mi casa y me quedo solo es como ir al cementerio. Pienso y siento una tristeza y una depresión que me es imposible de describir…»

El 27 de Mayo del 2012 lo encontraron muerto por insuficiencia cardiaca en su querida Albuquerque. Tenía 45 años. El corazón le «tiro la toalla». Ya ese corazón de tiranosaurio que lo había llevado hasta la cima del mundo, ya tenía demasiados kilómetros en su odómetro… Y trabajado a grandes revoluciones por minutos.

Como decían los viejos periodistas de boxeo: fuiste Johnny «Mi Vida Loca» Tapia… un boxeador exquisito. Gracias por tantas noches de locura y pasión. El boxeo jamás te olvidará. Mucho menos Albuquerque que siempre te amará. Y, menos que menos, «este que está acá».

RADIO MATRIX 94.9

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