La Ley del Deporte

RELATOR DE BOXEO RICARDO «EL PAMPA» ARIAS POR «LA LEY DEL DEPORTE»

Ricardo Arias nació en O’Brien, un pueblito de tres mil habitantes, partido de Bragado, provincia de Buenos Aires, en el año 1930. Hijo de Celestino y Estela, hermano de Jorge, Marta, Alberto, y Rodolfo, vivían de un almacén de Ramos Generales, hasta que lo vendieron y se fueron a vivir General Pico, La Pampa. Allá llegó con solo diez años, y toda su familia.

En Pico termino la primaria en la escuela 66 y el secundario en el Colegio Nacional. A su egreso empieza a trabajar en la Biblioteca Municipal Jose M. Estrada, y es allí donde conoce a un viajante de comercio que generalmente visitaba General Pico, para vender los remedios «Mejoral» y «Mejoralito». Ese hombre pasaba por la biblioteca a retirar libros, los cuales devolvía a su regreso, en su próxima visita. Ese viajante era «un tal» Antonio Carrizo, hoy uno de los locutores más prestigiosos de la historia de nuestros medios de comunicación. Y Ricardo, amante de la música, las voces, los libros y las letras, quedo maravillado y quería ir a «Biei», inspirado por él.

Paralelamente, jugaba al futbol en el Pico Footbol Club y en el año 52, bajo la segunda presidencia de Perón, es designado Director de Prensa. Estuvo un par de años hasta que decidió irse a Buenos Aires para cumplir su mayor anhelo: ser un periodista deportivo y el mejor locutor de todos. En Capital hacía guantes en el Boxing Club de Parque Chacabuco. Fanático de Pascual Pérez y de Jose María Gatica, siempre contaba de los grandes duelos que pudo escuchar de chico por la radio, y más tarde mirar por televisión: los de Selpa y Lausse, los de Gatica y Prada, los de Bonavena con Peralta, Saldaño con Cachazú, entre otros. Era conocido por su gran fanatismo por San Lorenzo de Almagro, y por el boxeo, el cual tuvo una gran influencia en su vida profesional.

Primero trabajo en la firma Bessone, empresa que se dedicaba a la fabricación de los lavarropas Drean, hasta que consigue ingresar en LR4 Radio Splendid. Donde pudo ser el relator junto a Ulises Barrera de la marca registrada «Entre las sogas», ciclo histórico e imborrable del periodismo deportivo. «El Pampa» siempre andaba impecablemente vestido, engominado, y le hacía grandes entrevistas a los boxeadores y futbolistas. Hablaba bien, de corrido, fluido, y no dejaba nada librado al asar. Sabía de historia, de estadística, de gramática, y lograba conectarse, con esa mirada celeste y profunda, con los protagonistas de aquella época.

Le puso la voz a la pelea que protagonizaron Muhamad Ali y Óscar “Ringo” Bonavena. Esa transmisión obtuvo el segundo rating más alto de la historia. Su dupla con Ulises quedó en la historia como una de las parejas más talentosas de las transmisiones deportivas. Televisaban con la palabra el boxeo por la radio. Hasta que Barrera un día se fue y Arias se quedó. También relató las peleas más importantes de boxeo por la radio, como lo fueron los combates de Carlos Monzón, Nicolino Locche, Víctor Galíndez y Gustavo Ballas. Luego la tele lo descubrió y se hizo más conocido aún.

Fundo, en los comienzos de los 70, la revista mensual “Entre las sogas y el tango”. Montó “Tango y Box” por radio Rivadavia con García Blanco y Caffarelli. Y además, estuvo en Radio Colonia hasta que la dictadura lo echó. Fue un fanático del general Perón. Un peronista de Perón, cuando esa palabra significaba mucho más que ahora, y tenía mucho más sentido. Debido a que vivió su época y sus tres presidencias. Inclusive fue director de Radio Mitre, en el tercer gobierno del General, pero pago caro su peronismo, ya que fue expulsado cuando lo derrocaron.

Cuidadoso en el vocabulario y lleno de códigos rígidos, descolló también en la televisión, más precisamente en Canal 13, en su inolvidable «Entre las Sogas». Y en el Noticiero 13. Siempre siendo el portador de un vocabulario muy trabajado y pulido. Además, sabía cómo manejar los ritmos de sus relatos para poder transmitir muchísimas sensaciones a sus oyentes. Tanto en el fútbol como en el boxeo.

Por la tele, transmitió casi toda la campaña de Carlos Monzón, entre tantas otras. Inclusive cubrió para Canal 13 el Mundial de México 70. Y siguió la campaña de Vélez durante la década del 60 y 70.

Trabajo con Julio Lagos, Julio Ricardo, Horacio de Dios, Diego Bonadeo… Son tantos los que se iniciaron o pasaron por sus equipos… Walter Nelson, Osvaldo Principi, Nelson Castro, Enrique Martín, Ricardo Sciocia…

Según Osvaldo Principi: «Fue sin dudas el relator de boxeo más atractivo que tuvo la televisión argentina. Su libro de cabecera era El Hombre Mediocre y tenía una gran particularidad por la disciplina. Era muy fino, tenía un gran imán con la gente. En la radio vivió un tiempo de competencia con otros relatores notables de boxeo como Osvaldo Cafarelli y Bernardino Veiga. Fue un «cinco estrellas» en todo lo que significa el trabajo del relato en el boxeo, tanto por radio como por televisión».

Ricardo Arias, «El Pampa» o «El Pampeano», además, era fanático del tango, de don Osvaldo Pugliese, y muy amigo de «Tito» Lectoure. Era aquel del cigarrillo permanentemente encendido, el de la obsesión por el lenguaje, y por la disciplina. Según palabras de otro que paso por «sus filas», Carlos Irusta, el hombre de la historia de hoy: «Hacía un periodismo pulido y bien hecho. Que ya resulta lejano, donde no existían los gritos, solo las palabras y algunas sugerencias. Trabajé varios años con él, especialmente en 1974, cuando me designó comentarista de Tango y Box, por radio Splendid. Viajamos a Albuquerque (Foster-Ahumada), a Londres (Conteh-Ahumada) y a México (Nápoles-Saldaño). También estuvimos en la transmisión de la victoria de Galindez sobre Rossman en Nueva Orleans. Fue, sin dudas, un gran relator y profesional, en todo el sentido de la palabra».

Como dice un amigo, fue un maestro total de un boxeo en blanco y negro, de décadas gloriosas como fueron las del 60, y 70, un boxeo con sonido de tango, y mucho humo en el ring side. Su sello fue «Entre Las Sogas» por Canal 13. Luego estuvo en Canal 7. Pero lamentablemente, en el 1986, y con solo 56 años, se apagó su voz. Que fue la voz de uno de los relatores más escuchados y recordados de la historia del país. Cuando todavía tenía mucho más para narrar y emocionar.

FEDERICO MULLER

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