Concordia le ha dado al boxeo argentino figuras como los campeones Esteban Osuna, tal vez el más famoso de todos por las grandes noches que vivió en el histórico Luna Park, como campeón argentino y sudamericano welter, el campeón argentino mediano Juan Carlos Bogado, Leandro Vilches, el olímpico y ex rival de Naseem Hamed, Remigio Molina, el campeón mosca Ramón «Nico» Albers, los hermanos campeones, el argentino y sudamericano Welter Junior Alfredo Jaurena, y el argentino Super Pluma Diego Jaurena, y en los tiempos actuales el olímpico Leandro “Musculito” Blanc, y Yanina «La Panterita» Lescano. HAY MÁS, LO SE, PERO QUEDARÁ PARA OTRA NOTA SOBRE GRANDES CAMPEONES NUESTROS.
Yanina Lezcano tiene cuatro hermanos: Daniela, Daniel, Julián, y Guillermina. Empezó desde muy chica a correr, fue pedetrista primero. Gano muchas carreras, tiene «las vitrinas llenas» de trofeos, medallas y copas como corredora. Ganaba las maratones del barrio, de los clubes, y hasta la Maratón Infantil de Reyes.
Empezó a boxear a los 14 años, con un padre y abuelo boxeadores, tuvo mucha influencia de ese ambiente. Pero como meta debía terminar el secundario, sobre todas las cosas. Por eso lo «finiquito» a los diecisiete años, para que no le corten su deporte. Su primer entrenador fue el histórico Mario Salvaterra, quien fallece en un accidente de auto en la ruta. Entonces, ella le pide a su viejo que se encargue de entrenarla en su carrera pugilística.
Ramón, ex boxeador, puso un almacén en su casa, y el gimnasio en el fondo, llamado Mario Salvaterra, para que Yanina pueda “desplegar alas a su ilusión”. Ella llegó a pasarse horas y horas recortando gomas de neumáticos para rellenar las bolsas de entrenamiento y jamás olvida que su abuelo «El Tola», primo hermano del gran liviano «Pochano» Vilches, le pronosticó un día que iba a ser campeona del mundo.
Con Ramón corría todos los días por Ruta 4 con sus compañeros de gimnasio, y su novio, hoy marido, que también boxea, Santiago «El Tosca» Bazán, y cuando volvían se calzaban los guantes y empezaban a entrenar. Eso para mí, andariego, era de rutina mirar.
¿Qué más decir de esta chica? Tiene una gran carrera aficionada, con triunfos importantes en el país, en Entre Ríos le ganó a todas directamente. No le faltó derrotar a ninguna. Es una boxeadora de gran tamaño, atlética, y rápida. ¡La velocidad mata! En Concordia y en el Congo Belga. Si no pregúntale a Robinson, Ali, Leonard, Mayweather, o al amigo Lomachenco. ¡Vos podés pegar muy fuerte y herir hasta un rinoceronte, pero no puedes herir lo que no puedes pegar!
Es alta para su categoría, gran alcance de brazos, mete el 1-2, jab, recto y arranca a combinar con velocidad y bien explosiva por la «vía interna». Estuvo frente a grandes, «potocas», muy fuertes y jodidas «muchachonas», que le atacaron la pera, pero aguanto muy bien. Y es muy bueno saber que tiene mandíbula como para soñar bien grande.
También trabaja el cuerpo, le falta mejorar la derecha voleada, por encima de la cabeza, esa tiene que ser su mano decisiva, que la transforme en una «Artista del KO». Con una buena mezcla de dedicación y educación lo puede conseguir. Para no tener que «depender» del fallo de los jurados… Ya que no goza de protección política y de peso en el medio. Va regalada «como perejil de feria».
Gana cuando se prende porque está en distancia, pero hoy está trabajando mucho la potencia y la fuerza a las órdenes del profesor Mateo Orlandini. Es mentira que un noqueador nace desde la panza de la mamá. No es solo una predisposición genética, eso también se trabaja y mucho. Si no aparezco el día de la pelea y listo…
Yanina del Carmen Lescano, logro un campeonato sudamericano profesional cuando venció a la uruguaya Maira Moneo en Concordia, el 8 de febrero de 2020. El título se encontraba vacante y la uruguaya termino perdiendo por descalificación en el décimo round por un cabezazo. Se le ganó a la rival y a la industria… Era el lado b del negocio. Esa tarde de calor infernal… Se le cayó el quiosquito a Rivero Promotions. También fue protagonista, por primera vez en la historia, de la disputa de un campeonato mundial femenino en Medio Oriente. El escenario fue el Dubai Duty Free Tennis Stadium.
Hoy «La Yani» se dedica a la belleza de uñas, corte de pelo, maquillaje, y otros elementos de peluquería, y junto con su suegra, suelen hacer pastas caseras los fines de semana para su venta. Su madre hace tortas. De esa forma se van costeando algunos de los gastos de entrenamientos. Porque no hay plata, falta más apoyo económico. Ella es necesaria como ejemplo de las gurisas. Es una modelo social a imitar, para las chicas de todos los barrios, y para las generaciones venideras. Que sepan que con dedicación, humildad, y confianza se logran grandes cosas. Es una hija del mérito, tan cuestionado en estos momentos…
Hoy se «enfierra» en el gimnasio «Nikaia» y hace técnica en el «Mario Salvaterra» y en el «Cesita Box», y apunta a dar un salto de calidad. Sumar más variantes de boxeo, ser más agresiva y mañera. Mejorar en la corta distancia. Fluir hacia los costados. Está trabajando triple turno. Buscando su mejor versión. Pero sobre todo en ganar en polenta. Hoy, físicamente, su equipo busca que sea un monstruo malo y sin misericordia. Una verdadera mala bestia, pero eso es difícil en una chica tan buena. Pero sería «boxisticamente hablando». Una vez abajo se vuelve a la tranquilidad y dulzura habitual. Tiene que ser un feroz animal, para tener chances allá arriba, en «la crema de la crema» del boxeo mundial.
LA LEY DEL DEPORTE