El boxeador es el verdadero protagonista. Sin el boxeador… el periodista seria un desocupado. El promotor y el manager tendrían que hacerse un curriculum. Pico y pala. Profesores, técnicos, hombres de corte y otros actores del deporte mas dramático y apasionante del mundo necesitarían hacerse una orientación vocacional. Aprender un oficio nuevo.
Los boxeadores son los que reciben los golpes y ellos son los que sufren todas las consecuencias. Nosotros solo contamos lo que ellos hacen. Ponen su vida en juego todos los días de su vida. Cada dia es «una final». Es a cara de perro porque sus necesidades son muchas… Es fácil juzgar y opinar cómodamente desde la popu, el ring side o el living de tu casa.
El boxeador arranca a pelear porque el gimnasio es un santuario donde los chicos escapan de una realidad pobre, violenta y hasta llena de miserias. El boxeador esta mas necesitado de afecto, de aliento, de elogios, de dinero, de salud y de educación que los otros actores de este deporte/negocio/espectáculo. No tiene nada, lo necesita a todo. «Como buche en el desierto».
Los boxeadores son como la espada de su barrio o de la ciudad. Cada vez que hay un choque de barrios… también entran en combate viejos odios y amores heredados de padres y abuelos. Lo mandan «al choque», a defender el orgullo y la historia del barrio viejo y cachuzo. Tienen los ojos de su barrio y a veces de una Nación entera. Hay muchas presiones, esperanzas y obligaciones depositadas en ellos.
El boxeador es el que entrena durísimo por un sueño. Es hijo de la calle. Casi nadie se acuerda de el cuando «cuelgan los guantes». Mientras consiguen llevar algo a la mesa de «los que cortan la torta», se ocupan de ellos. ¡Caso contrario no lo llaman ni los acreedores! Los juzgan y se burlan. Pocos los ayudan…
¿El Boxeador es un ganador de la vida? ¿Un exitoso en la juventud con una novia hermosa y despampanante? Para mi es mas un perdedor con buena suerte. Y la suerte no dura mucho… es efímera. Como la novia hermosa y rubia «color champagne». Cuando él ya no tiene nada para dar… va perdiendo todo. Y entre esas cosas su compañera…
El boxeador trabaja, entrena, se cuida, corre, come poco, no sale. Se rompe el lomo literalmente imaginando un futuro mejor, de bienestar, de fama y fortuna. ¡Un desvergonzado a la hora de ir por su sueño de campeón del mundo! Un Firpo, un Monzón, un Pérez, un Loche, un Galindez, Ringo…
Por eso es tan importante que las empresas, asociaciones, federaciones, confederaciones, gobierno y boxeadores que «anden bien» colaboren con Boxeadores Argentinos Agremiados. El gremio necesita fortalecerse urgentemente. Se necesita que ese gremio gane en prestigio, que trabaje gente convencida con la causa, bien formada, y que ame al deportista. Ahí hay cursos para que los boxeadores sean técnicos. Pongan un gimnasio, y se ganen la vida dignamente enseñando todo lo que saben. También hay pensiones para que tengan para la diaria. El que se quiere hacer socio lo puede hacer por unos pesos mensuales.
El sindicato esta trabajando en su Obra Social, para ofrecer una mutual y que puedan tener una linda vejez. Se esta tramitando para que haya ambulancias en todos los gimnasios. Que los vestuarios tengan higiene y limpieza. Como corresponde, como debe ser. Hay gente que esta sentada en una torta de plata gracias al boxeador. Promotores, Managers, Sindicalistas, Periodistas, Jueces y demás «vivarachos» que existen en el negocio. Y hablan de conciencia social y de los humildes sin ponerse colorados. Yo no se como hacen. Eso debe tener un nombre. ¡Chinvelguechas!
Cualquiera sabe que el boxeador de chico fue condenado y despreciado. ¡Por eso el boxeador no debería morir pobre, borracho, con «delirium tremen», y «haciendo guantes» con su propia sombra. Condenar es fácil, darle una esperanza de vida no tanto…
LA LEY DEL BOXEO (MARTES 20 HS ACTIVA CONTINENTAL 98.9 Y WWW.ACTIVACONCORDIA.COM).
