La Ley del Deporte

POLLO AL CURRY CON ARROZ BLANCO POR LA LEY GASTRONOMICA

Esta receta nos «chingabamos» en Hawaii. En un restaurante japonés llamado Tsukuneya. En la University Avenue, donde «Juano» Delgado trabajaba, y nosotros, con «Tomy» y «El Gordo», parábamos. Qué bárbaro que les salía, tremendo plato para coronar el día. Que yo siempre repetía.

El curri es una especia que se encuentra adentro de un árbol en el sur de la India. Luego se lo mezclo con otras especias. Hay tres tipos de curri. Curri verde, rojo y amarillo. Depende de las especias mezcladas en la preparación. Pero tiene que predominar el Curri entre todas las otras.

La receta es popularizada por Inglaterra (que llego y ocupo la India) hacia el mundo. Lleva pollo en cubos, una salsa de tomate fresca, crema fresca, y condimentada con el curry, que es lo que le va a dar el carácter a nuestra elaboración. Es su personalidad. Normalmente, contiene cardamomo, comino, canela, cúrcuma, nuez moscada y jengibre. Y a mí me encantaba comer en casa, cuando papa lo compraba, o en Alaska con compañero Hindúes, y en Hawaii en el restaurante donde Juano trabajaba. Y nosotros nos restaurábamos.

Ingredientes para 4 personas:

4 pechugas de pollo, 1 cebollas en cubitos, 2 zanahorias ralladas, 1 cucharada sopera de curry, 1 taza de crema de leche, 2 cebollas de verdeo cortadas finamente, 1 taza de pure de tomates frescos, y mani pelado y tostado

Trocea el pollo en cubos y dóralos en una sartén caliente con unas gotas de aceite de girasol. Cocina cinco minutos hasta dorar y chamuscar un poquito. Sacudirlo para que cocine en los cuatro lados. Agrega la cebolla con las zanahorias y dóralas cinco minutos más. ¡Anda viendo y creyendo en lo que tus ojos están viendo! Luego incorpórale el curry y «tuéstalo» un minuto. Posteriormente, agrégale la salsa de tomate y cocínalo cinco minutos más. Al final la crema fresca, hermosa, que combina con los colores y sabores del Curry inexplicablemente bien… Tiene un color que te la quieres tomar toda de la sartén…

Si la quieres más voluminosa, échale una cucharada sopera de maicena diluida en agua y cocina tres minutos más hasta que espese. Los cocineros le dicen «A Punto Salsa». La receta original lleva leche de coco y cilantro picado al final y queda gloriosa (hoy se consiguen en Argentina estos dos productos). Si no no te gusta, óbvialo y ponle la hierva de tu gusto (perejil o albahaca juegan). El verdeo al final y sobre el plato.

Lo mismo que el maní pelado. Si lo hervís cinco minutos, luego fileteas y finalmente los doras en el horno unos segundos será aún más superior. Podría ser almendras o nueces, pero el maní es más accesible y conocido por todos. Va a tener la receta ese crocante que la boca siempre necesita como para jugar con la textura y el crujir del Fruto Seco. Esa boca tiene calor y gozo.

Arroz Blanco:

1 cebolla, 4 dientes de ajo, 1 puñado de perejil picado y medio kilo de arroz, más el doble de agua. La «guarnición» tiene que ser suave y delicada. Así equilibramos con la intensidad de nuestro Pollo al Curry. Todo plato necesita estar alineado al paladar. No es un poquito de cada cosa. Jamás. Gran error de los cocineros aficionados. Piensan que más ingredientes eleva el nivel del plato. ¡Horror, no error! ¡Menos es más! Como dice Francis Mallman.

Dora en aceite la cebolla finamente picada y luego los ajos, inmediatamente incorpora el arroz y revuelve a fuego bajo 1 minuto para que se saboree y quede crocante. Luego súmale el agua, que deberá duplicar el volumen del cereal. A fuego bajo, que haga apenas burbujas. Cuando le quede una leve humedad, apagamos y tapamos, se seguirá cocinando. Revolver tras tres minutos y tapar de nuevo hasta que este al dente. ¡El perejil va al final para que no se queme!

Ya sobre el plato cargamos 250 gr del pollo al curry y al costado 150 gr del arroz blanco (más o menos). Ya debes tener el maní pelado y fileteado en un contenedor, lo mismo que el perejil picado y el verdeo. Cuando comes Pollo al Curry vas a gozar mucho, y luego vas a querer repetir la experiencia. Es fácil de hacer, pero tenés que estar encima, concentrado, para que todo quede «finamente elaborado».

FEDERICO MULLER

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