La división de los Pesos Medianos (160 libras/72, 500 kg) es una de las pioneras del boxeo. De las más glamorosas. Peso y estatura ideal para el gusto de aficionados, fanáticos y especialistas. Se dice que son el equilibrio justo entre un liviano y un pesado. Son poderosos y rápidos. Fuertes y ágiles. Potentes y explosivos. La gente los ama. LA LEY DEL BOXEO hizo un juego periodístico típico. Eligió sus Medianos preferidos. Acá están, estos son:
Carlos Monzón (87-3-9, 59 KO):
Carlos Monzón fue el rey de los 70. Pegaba y agujereaba. Era un tipo alto, flaco y de gran alcance. Quizás el mejor Mediano de todos los tiempos. Otros eligen a Ray Robinson. Tras un comienzo discreto como profesional empezó a dominar en Argentina, Sudamérica y el Mundo con sus puños de obrero. «Escopeta» rompió los pronósticos ganándole por KO 12 al Campeón del Mundo y Olímpico Nino Benvenuti en una pelea conmovedora.
Defendió el Campeonato Mundial 14 veces y en 9 oportunidades por «la vía del sueño». Fue imbatible en sus ultimas 83 presentaciones… en un periodo de 13 años! Era un asesino con mirada «tumbera». No mostraba casi emociones ejecutando a rivales. El argentino se retiro aún siendo Campeón Mundial.
Marving Hagler (62-3-2, 52 KO):
«Maravilloso» Hagler «le paso la escoba» a la generación de los 80. Tenia la cabeza de acero. Era zurdo, musculosísimo y pegaba como una bestia. Un gladiador. Nunca en las trincheras. Siempre feliz de ir a la guerra.
Peleo casi en la oscuridad total por muchos años ganándole a los mejores Medianos del mundo. Lo esquivaban todos. Gano, quizás, la mejor pelea de la división frente a Tommy «La Cobra de Detroit» Hearns en tres rondas de drama y terror.
Defendió el cinturón exitosamente en 12 ocasiones. Es para algunos el mejor Mediano de la historia. Sin dudas la mejor mandíbula de todas.
Ray «Sugar» Robinson (174-19, 109 KO) nació en Vidalia, Georgia. Y es considerado el mejor boxeador que haya «respirado» alguna vez sobre la faz de la tierra. Fue lo mas parecido a la perfección. Un boxeador formidable, talentoso, hábil y contundente para definir. El mejor Welter de todos los tiempos. Podía hacer cualquier cosa que hacia cada uno de los mejores. Y mejor aún. Boxeaba y pegaba durísimo. Talentoso pero inquebrantable. Era difícil de conectar. Gran boxeador y demoledor en ofensiva. Cumplía con todos los requisitos necesarios de un modelo de boxeador. Poseía todas las virtudes. Realizaba amagues y preparaba «trampas» que nunca antes se habían visto. Fue el mejor Welter de todos los tiempos. Y uno de los mejores Medianos.
Bernard Hopkins (55-8, 32 KO):
Bernard Hopkins estuvo preso cinco años en una penitenciaría de Pensilvania en su juventud. Salió y se convirtió en un temido campeón mundial Mediano. Un boxeador multifacético. Podía ejecutarte, boxearte las 12 vueltas, lastimarte ronda tras ronda, o «llevarte a la escuela del box» con sus golpes de manual.
Tenía ya 36 años cuando sorprendió al mundo unificando la corona de la categoría con un KO 12 frente a Félix «Tito» Trinidad. La década del 2000 fue la era de «EL Ejecutador» o «El Extraterrestre». Inteligente, increíblemente dedicado y fuerte mentalmente. Logró defender el Titulo del Mundo Mediano 20 veces.
Roy Jones Jr. (65-9, 47 KO):
Roy Jones era lo mas parecido a Superman en su apogeo. Volaba sobre el ring. El Mediano mas rápido de la historia. Parecía esconder resortes en las piernas y en sus brazos. Bailaba y pegaba en el aire. Desde ángulos increíbles. Rápido, arrogante, guardia baja, cara expuesta y grandes reflejos. Pegaba mirando a la gente o no mirando ni siquiera al rival. Hubo manos imperceptibles para el ojo de LA LEY DEL BOXEO.
Normalmente ganaba con facilidad frente a todo tipo de «chicos malos». Ausencia de más peleas competitivas en su carrera, un cuidado excesivo en la selección de rivales y su corta estadía en la división tachan algo de su curriculum!
Gennady Genedaviech Golovkin (40-1-1, 35 KO):
«Triple G» Golovkin es aún hoy uno de los mejores Medianos, y uno de los más esquivados. Es la figura por escandalo y por consistencia de la división en esta última década.
Es un destructor confiado y que te presiona tras un jab que es capaz de «desconectarte de tus sentidos». Solido y de grandes fundamentos técnicos. Le gusta achicarte el cuadrilátero para que no te puedas escabullir. Y así estresarte con combinaciones infernales. Posee una mandíbula sobrehumana. Nunca estuvo sentido, ni en aficionados ni en su carrera como profesional. Mucho menos derribado.
Defendió con éxito la corona de los medianos en 20 ocasiones hasta perderla con Canelo Álvarez en un fallo muy discutido por todos.
Eduardo Jorge «El Zurdo» Lausse (75-10, 63 KO) nació en Lomas del Mirador partido de La Matanza un 27 de noviembre de 1927. Y murió un 8 de mayo de 1995 a los 67 años de edad. Probablemente el tipo que más fuerte pego en la gloriosa historia del boxeo argentino.
Tenía un gancho de izquierda que era un misil, monstruoso. Se paraba como diestro pera era mas zurdo. Igualmente podía llegar a noquear con ambas manos. Mando a dormir a los mejores peleadores de una dorada generación. «El Zurdo» fue irrepetible…
Nunca antes se había visto esa combinación por acá de velocidad y violencia en la glamorosa división.
Le gano a George Small, a Ralph «Tiger» Jones en una épica y sangrienta batalla en el Madison. «Tiger» Jones era un negro que venia de derrotar nada menos que a Ray «Sugar» Robinson. También le gana a Gerardo «Kid Gavilán» Gonzales en el Luna. Nunca pudo pelear por el título mundial. Su trilogía con Andrés «El Cacique de Bragado» Selpa es de las más famosas del boxeo argentino. Es nuestro primer y único «Campeón Mundial Sin Corona».
Juan Domingo Roldan (67-5, 47 KO):
«Martillo» Roldan nació en Freyre, Argentina. Se crio en un campo tambero, como peón. Tiene 100 peleas de aficionado y es ganador del campeonato «guantes de oro» en los Estados Unidos.
De chico ya metía 6000 personas en los pueblos como aficionado. Bueno, simpático, amiguero, taquillero y parrillero.
Como profesional pegaba como un caballo. Por algo le decían «Martillo». Te acechaba y buscaba. Era una bestia cordobesa con instinto asesino. Jamás un paso atrás. Ni para tomar impulso. Iba para el frente como ningún otro. Destrozo la competencia acá, en Sudamérica, menos en el mundo.
No llegó a ser campeón mundial Mediano. Cayó ante Hagler, Nunn y Hearns. Solo porque estuvo en el momento y en el lugar equivocado. Pero es un campeón mundial de la Vida…
Jorge Fernando Castro (130-11-3, 90 KO):
Le dicen «Roña». Le dicen «Locomotora». Castro es probablemente el peso mediano argentino con más condiciones para el boxeo. Un boxeador de estilo callejero. Amado y odiado. Nunca ignorado!
Lo tenía todo: pegada, picardía, gran ofensiva, bloqueos, mandíbula de ladrillo y una resiliencia inquebrantable. ¡Menos disciplina!
Es campeón argentino y sudamericano de los Medianos Juniors. Luego se convierte en Campeón Mundial Mediano ganándole a Reggie Johnson en 1994.
Pero el mundo lo reconoce y toma nota del el, meses más tarde, cuando le gana por KO 9 a John David Jackson, en Monterrey, México. Aquella noche Castro estaba ciego, cansado y abajo en las tarjetas cuando saca una zurda inmortal. Las circunstancias físicas y boxísticas con las que realizó la maniobra le colocan un cartel de hazaña inolvidable.
Castro fue un indisciplinado, un loco e imprevisible arriba y abajo del ring. Un Boxeador único e irrepetible. Genio de pies a cabeza.
Sergio Gabriel Martínez (51-3-2, 28 KO):
«Maravilla» Martínez fue un welter natural. Le había «pintado la cara» a todos en Argentina y Sudamérica antes de saltar a la categoría Medianos.
Atlético, rápido y sumamente valiente. Como Mediano prefería boxear y bailar. Pero si había que prenderse lo hacía. Gran fortaleza mental y genéticamente un elegido.
Se consagra campeón de mundo Mediano unificado frente a Kelly Pavlik por puntos un 17 de abril del 2010 en Atlantic City, New Jersey.
Entre sus mejores victorias esta la revancha frente a Paul Williams por KO 2. Mete una mano que esta en la galería de los KO más impresionantes en la historia de la categoría.
Su tarde ingreso a los grandes escenarios del mundo, sus recurrentes lesiones, y el haber hecho toda su carrera argentina casi en el anonimato demoran la idolatría que se merece.
LA LEY DEL BOXEO