La familia es la institución capaz de enseñarnos, cuidarnos, protegernos y apoyarnos. La familia, su valor, su función y su misión dentro de la sociedad, es vital y casi irremplazable. Por eso respeten y valoren a la familia. Cuando yo estaba «en la lona», los únicos que me ayudaron fueron los de mi familia y después me apoyaron mis amigos sanos. Mis compañeros de consumo, o conocidos de consumo, no, pero no porque sean malos o no me quieran, sino porque estaban mal. Y para ayudar a otros tenés que estar primero bien vos. Por eso te tenés que ocupar de vos, y después de los otros. Parece egoísta, pero no, es al revés.
Lo usual es que los vínculos que hay entre los miembros de una familia sean mucho más fuertes que los que se establecen con otras personas. Por eso se dice que “la sangre es más espesa que el agua”. Incluso entre quienes no se llevan muy bien. Con los demás miembros de la sociedad normalmente no hay ese lazo irrompible que suele predominar con «la flía».
No por eso se debe olvidar que a veces la familia es la principal fuente de riesgo físico o psicológico. O que ellos son coadictos, que solo viven para «curar» al adicto. Si una situación afecta tu salud, tu bienestar, pone en riesgo tu vida, o hay un maltrato constante y evidencia de que no van a arreglar nada, deberían poner límites, pedir ayuda en la escuela, en el club, la iglesia, a un familiar, y, si es lo conveniente, cortar todo tipo de relación con esos familiares problemáticos. Y, si otro de tu familia es el que viene mal, la mejor ayuda que se le pueden prestar es hablar de como anda, acompañarlo, ponerle límites amablemente, darle afecto, y tratar de forzar su ingreso en un programa de rehabilitación.
La familia debería convertirse en un soporte importante en el acompañamiento del tratamiento, integrándose de manera decidida con la persona, y participando de manera activa en las diferentes intervenciones terapéuticas que se realizan. Las familias de los adictos suelen tener serios problemas de comunicación, especialmente respecto a los sentimientos y emociones, y eso trabajan en revertir en el tratamiento, con la ayuda de los profesionales.
Si tu familiar tiene problemas con las drogas, hacele saber que para vos no es invisible, que lo querés, que te angustias, que estás preocupado. Habla con él desde la confianza y el afecto que se tienen, entendiendo pero no justificando sus razones o acompañándolo en el consumo. Infórmate sobre la sustancia que consume, cómo es la adicción que sufre, qué síntomas y consecuencias tiene… Esto te permitirá no solo entenderlo más, sino saber cómo actuar llegado el momento de pedir ayuda profesional. Y quizás le haga ser consciente de lo que le está ocurriendo. Háganle ver que les preocupa cómo se está comportando, lo que está descuidando, las consecuencias que su consumo está generando en otros y en su vida personal…
Una buena manera de que esto sea impactante es que resalten las situaciones que se originan a raíz de su consumo y que pueden dañar a las personas que quiere: peleas, conducción temeraria, violencia en casa, inestabilidad financiera, irresponsabilidad en el trabajo, insultos a los amigos… Probablemente, el familiar te diga “que controla”, “que solo consume de vez en cuando” y “que la deja cuando quiere”, como siempre decía yo. Todos dicen que consumen poco, pero pocos que ella nos consume.
Es importante que le hagan ver la realidad, que consume mucho y dé forma muy frecuente, que está perdiendo todo, pero que él puede, y nunca en forma de ataque, denigrándolo, o con violencia verbal. O se le puede dar vuelta a la situación: en lugar de «machacar» con lo negativo de consumir, háganle ver todos lo positivo que le puede suceder si deja las drogas: para su salud, su economía, su seguridad, y su entorno…
Díganle que puede contar lo que le pasa y que estarán a su lado en todas las fases del proceso, sobre todo cuando inicie un tratamiento de desintoxicación. Muchos adictos se sienten alejados de su entorno familiar y el sentirse solos hace que para ellos sea mucho más difícil pedir ayuda para salir. Para ayudar a un familiar que consume drogas, trátenlo con naturalidad, háblenle sin tapujos, cuéntenle historias de personas que también lo hayan pasado y superado con éxito…
Conozcan bien como se realiza la intervención, como son las normas para que ayuden al paciente a respetarlas, que pueden hacer y que no es conveniente por ahora, como son los tiempos, porque es probable que el proceso diste mucho de lo que pensaban. Cuéntenle lo que han aprendido y háblenle del centro y sus ventajas.
Seguramente esto no es cosa de una conversación ni de dos. Él empezará evitando el tema, desviando o rechazando sus sugerencias… E incluso puede que se moleste en alguna ocasión, lo vi en todos lados, pero hay que ponerse firme, insistir, y persistir. No se frustren, sean pacientes y dejen que el tiempo y su apoyo consigan hacerle ver que necesita empezar un tratamiento para salir de su «coraza» y adicción a las drogas. Cuando la vida se le complica al familiar, es importante que puedan enfocarse en expresarle lo positivo que existe a su alrededor, como la familia, ya que los ayudará a poder transitar ese momento de manera más sana y optimista.
Mi viejo me llevaba a El Arte de Volver, yo le dejaba «giratoria» la puerta del auto, lo pagaba, le pagaba a choferes, iba a los grupos terapéuticos, a las terapias familiares y multifamiliares, no me dejaba solo porque las normas de tratamiento así lo requerían. Me daba techo, ropa y comida, se puso firme en todas las veces que quise abandonar, me empacaba y me «trancaba».
Él hizo su tratamiento, participando activamente de todos los espacios. Conmigo y mis compañeros. Se comprometió a sacarme desde el minuto cero hasta ahora. Y aprendió a mermar, sobre todo, su sobreprotección. En los momentos más duros, oscuros y desesperantes, que fueron «miles de miles», estuvo mi familia. Y, cuando empecé tratamiento especialmente él, porque estaba ya solo: era mi viejo.
Con el tratamiento podés volver a elegir que querés hacer, dejas de ser esclavo de tus impulsos, te «destetas», y eso es la libertad. Para poder producir, mejorar profesionalmente y humanamente. Ser activo y creativo en la sociedad. Si estás consciente lo podés hacer, si estás inconsciente no. Echas todo a perder.
Cuando vagaba sucio, paranoico y ansioso por el mundo, le rezaba a mi viejo. Que me proteja, me cuide, y me guíe. Y él aparecía, sin condiciones. Por eso, no se olviden de su círculo íntimo. «Familia significa que nadie se queda atrás ni se olvida». «No importa lo pobre que es un hombre, si tiene una familia es rico». «Llamala clan, llamala red, llamala tribu, llamala familia: como quieras que la llames, quien quiera que vos seas, necesitas una». «Al final nos damos cuenta de que la salud y la familia son más importantes que cualquier otra cosa material».
CHARLAS SOBRE ADICCIONES DE CONCORDIA