En los últimos tiempos, el acceso a las drogas, así como su uso y abuso, se ha popularizado en nuestro país. El acceso de este tipo de sustancias tóxicas se ha ampliado a todos los estratos socioeconómicos y a todos los grupos de edad.
Desde las llamadas drogas legales, como el tabaco y el alcohol, hasta las drogas ilegales como la cocaína y el cannabis; todas suponen un riesgo social de graves consecuencias para sus consumidores.
Las drogas te «detonan» estéticamente. Un tipo drogadicto de cuarenta puede parecer de setenta años, totalmente irreconocible de aquel hombre que «se llevaba a todo el mundo por delante». Y hasta podés necesitar asistencia para comer, beber, y respirar.
«Anda drogándose a dos manos. Vos porque no lo viste últimamente». «Por la cara desencajada que le vi, está de última, flaco, demacrado, tembloroso, ojos vidriosos, nervioso, con piel de tortuga y manchas en la cara. No podía ni hablar. Parece un monstruo vivo. En cualquier momento «nos deja», y así podríamos estar toda una tarde nombrando frases típicas sobre gente de consumo de drogas.
Al principio, cuando sos joven, quizás pasas algo desapercibido. Si estás muy mal «te encanutas» en algún aguantadero, un búnker escondido de la gente. Total, cuando se te pasa volvés a «presentarte en sociedad». Mal, pero puede que sea en algún punto «piloteable».
Luego el deterioro físico, en la cara, los ojos, el pelo, el habla, en la mente… no lo podés disimular. Todos presentamos síntomas de envejecimiento precoz. Yo pesaba ciento diez quilos, tenía toda la cara manchada, y casi no podía caminar.
Tarde o temprano sale a la superficie «la jarana». Depende cuanto y con que te drogas, pero a la corta o a la larga «salta la ficha» que te metes cosas que te hacen mal y te van apagando.
Cuando el consumo es grande y por mucho tiempo empezamos a someter al cuerpo a un ataque a la estructura integral. Nos «dinamitamos las defensas». Y empezamos a realizar «trabajos forzados» para sobre vivir.
Entra a verse mal nuestra piel, los ojos, la boca, los músculos, la actitud, la postura física, y el andar nuestro por la calle. Perdemos el color y la frescura.
El uso reiterativo de psicotrópicos provocan un gran impacto en la salud mental de la persona usuaria. Al igual que conlleva cambios comportamentales, sociales y problemas físicos que, en su conjunto, se perciben como signos de consumo. Puede decirse que la vida entera se ve perjudicada como consecuencia de consumir drogas de forma continuada.
La mayor alerta es un cambio muy notorio en su comportamiento y en su estilo de vida. Aunque todo es un proceso paulatino, se percibe un conjunto de cambios negativos o desconcertantes, que lo convierten en un desconocido.
Asimismo, existen algunas actitudes o circunstancias que pueden servir de pistas para saber si una persona consume drogas, a simple vista; cabe indicar que todo depende del tipo de drogas que se consuman y de la etapa de consumo en la que se esté (uso, abuso o adicción).
Apariencia física descuidada, falta de higiene y muestras de cansancio.
Alteración de las costumbres alimenticias: falta de apetito, lo que se refleja en una delgadez constante; o momentos de atracones de comida.
Alterar las fases de sueño: sus horarios de descanso están descontrolados; problemas para conciliar el sueño; sufre sueños inquietantes o pesadillas
La persona puede verse más pálida de lo habitual; muestran ojeras.
Tienen las pupilas dilatadas, los ojos rojos o amarillentos e incluso vidriosos. El uso repentino de colirios o gafas de sol en momento que no son oportunos, puede ser muy significativo.
Sufre de sangrado o goteo nasal. Sus resfriados son permanentes, como también lo es su tic de sorberse la nariz.
Su sudor es más fuerte, impregnando sus vestimentas de olores intensos y manchas de sudor más oscuras y difíciles de eliminar.
A nivel comunicativo, se aprecia una mayor dificultad para hablar y explicarse con mayor concreción. Su habla se vuelve pastosa.
Pueden aparecer quemaduras en sus manos. O señales de pinchazos en sus brazos.
Determinados malestares constantes como dolor de cabeza, problemas de garganta, etc.
Una de las características más mencionadas de los individuos que usan drogas con frecuencia son sus cambios de humor y un carácter más irritable y susceptible. Es decir, suelen crear discusiones ante cualquier situación o comentario insignificante.
- Los cambios de ánimo bruscos y exagerados
- Mantiene un comportamiento sospechoso y huraño, que lo lleva a alejarse de la convivencia familiar.
- Estados depresivos. La persona se muestra sombría, introvertida y escurridiza.
- Estados ansiosos, nerviosismo visible.
Se percibe irresponsabilidad. - Encierros prolongados en su habitación.
- Tendencia a mentir con frecuencia y a ocultar información y objetos.
Los cambios de comportamiento o hábitos más representativos son la falta de interés por sus responsabilidades cotidianas, así como abandono de las aficiones que realizaba anteriormente.
- Disminución del rendimiento académico o laboral
- Desinterés por tener una rutina activa
- Alejamiento de las amistades antiguas y de la vida familiar
- Desaparecer del hogar a horas inusuales o desaparecer durante días
PROBLEMAS COGNITIVOS
- Dificultad para concentrarse o para prestar atención
- Deterioro de la memoria a corto plazo
- Pobreza de pensamiento y en su comunicación
PROBLEMAS SOCIALES
- Su carácter hostil y su estado de irritación se hace patente en las relaciones que establece con familiares, amigos o compañeros.
- Las polémicas con los miembros de la familia son constantes, haciendo evidente un deterioro en las relaciones familiares. Dinámica que puede repetir con sus amistades.
- Tendencia a aislarse durante horas o días.
- Frecuenta nuevas amistades y abandona progresivamente los amigos antiguos.
- Problemas laborales o académicos: ausentismo, conductas irresponsables, despidos, etc.
- Conflictos con las figuras de autoridad: padres, jefes, etc.
- Problemas legales: detenciones, multas, etc.
CAMBIOS DE CONSUMO Y EN SUS RECURSOS MATERIALES
Este es un aspecto muy relevante para los observadores y personas del entorno. En su habitación o su casa aparecen objetos como envoltorios sospechosos, papel de liar, cajas de cerillas agujereadas, cuchillas o tarjetas de plástico, billetes enroscados, etc. Asimismo:
- Hay un descontrol en sus los gastos. Nunca tiene dinero suficiente.
- Tiene una necesidad urgente y recurrente de disponer de dinero.
- Dinero de origen desconocido: pide dinero prestado o roba dinero a sus familiares.
- Pueden desaparecer objetos de la casa o comenzar a vender de forma reiterada objetos suyos.
Deambulas por la calle «hecho paté». Los últimos años son «de lamentable para abajo». Llegas al «sueño eterno» demacrado, siendo»una sombra» del «campeón» aquel… Y en el transcurso caminaste descalzo sobre las llamas. En el medio de un infierno, tu infierno.
¡La droga no es ni golosina ni medicación! Es una decisión que lamentarán y mucho si la usan para calmar sus sentimientos, pensamientos y emociones insoportables. Hay otras variantes mucho más sanas y copadas para vivir bien.
Nuestro organismo se ve influido por lo que comemos y bebemos.
Los cambios físicos incluyen:
- Somnolencia
- Temblor
- Ojos enrojecidos, pupilas dilatadas
- Falta de interés en la higiene personal y aspecto descuidado
- Arrastrar las palabras
- Pérdida o aumento del apetito
- Movimientos descoordinados
- Ojeras
- Horarios de dormir irregulares
- Frecuentes resfriados y tos
- Pérdida de peso