La Ley del Deporte

FEDERICO "EL LOBO" MULLER

JONATHAN «TIN TIN» RUIZ Y JORGE «EL PICANTE» BERMÚDEZ GANARON EN EL GRAN BOXEO PROFESIONAL DEL CLUB ESTUDIANTES CONCORDIA

Jorge «El Picante» Bermúdez y Jonathan «Tin Tin» Ruiz ganaron sus respectivas peleas en la velada que se desarrolló este sábado por la noche en «El Gigante Verde» ante un numeroso y pasional marco de público, y que fue transmitida por la señal internacional Fox Sport. Organizo la Comisión Municipal de Boxeo, y auspicio la Municipalidad de Concordia, gestión Enrique Cresto.

Parecía la época de las canchas de futbol cuando se podían llevar bombos, redoblantes, trapos, pitos, y matracas. El ruido que hacía la hinchada era «ensordecedor». Más la música, los cánticos, los gritos, y la animación, por momentos habitamos «la sucursal del manicomio».

El primero en salir al cuadrilátero fue el concordiense «Tin Tin» Ruiz, quien se quedó con la victoria por nocaut en el cuarto round frente a Nicolás Ledesma.

Ruiz moviéndose, girando cerradito, y volviendo con esa derecha que si no la ves venir es irresistible. Y esa izquierda en gancho o en cross con malas intenciones. Empezó a azotar y ablandar a un rival duro, determinado, y con huevos. Ese es su estilo, el de un boxeador noqueador, que le puede ganar o perder a cualquiera y que anoche dejo afónicos a todos.

El público pudo ver a un «Tin Tin Ruiz» en una muy buena versión, siendo como siempre un boxeador explosivo, y técnico, pero además este sábado, le agrego resistencia y resiliencia, pudo aguantar todo lo que le tiro y conecto su rival, paso momentos malos, no perdió la fe, y salió adelante. Lo que convirtió al pleito en un peleón. Y la termino con una monstruosa definición.

Mientras que «El Picante» Bermúdez se impuso en Decisión Mayoritaria por puntos a José Sánchez. Hubo acción de los dos lados y cambios de desarrollo.

Bermúdez llevó mucha gente, lo siguió la Santa Murga, los pibes del club Santa María, del barrio Almirante Brown. La popu estaba loca desde las peleas aficionadas que arrancaron a las 19 horas. Y se potencio cuando el entro. Ellos tienen historia y por eso viven muy intensamente el fútbol y el boxeo. Los gritos de los hinchas y la música de la banda provocaron escalofríos de inmediato, y la ebullición del gimnasio.

Un boxeo de Concordia que en estos días no solo es noticia por la vigencia de «El Perrito» Vittori, el gran presente de «Musculito» Blanc, y «La Panterita» Lescano, sino también por su inagotable historia: se está transmitiendo en forma de película en «Boxeo de Primera 30 Años» la noche del campeonato argentino Super Ligeros entre Ismael Chávez y Jorge Melián en el Ferro: ¡La noche en que se largó la lluvia de sillas! Saliendo escoltados la dupla de periodistas Julio Ernesto Vila y Osvaldo Principi.

Hablando de este último, fue el relator de esta velada, mi ídolo desde la infancia. Siendo muy afectuoso y estando muy contento de verme. Felicitándome por mi nota «La historia del boxeo de Concordia, según Horacio «Batata» Cresto», estaba encantado con las anécdotas allí contadas, que no se dé donde la saco. Y preguntándome más sobre datos, nombres, y lugares. Hasta sobre uno de alrededor de cien años que anduvo por acá, de apellido Lovell…

Me hizo sentarme con él. Me pidió permiso para usar info para la transmisión, me sentía con Muñoz, con Caffarelli, que sé yo, con Monzón. A su lado y feliz de verme estaba Walter Vargas, años siendo comentarista de Victor Hugo en el futbol y su especialista en el boxeo, además de escribir y muy bien en el diario Olé y de ser Psicólogo Social. Otro al que conozco y respeto de toda la vida.

La tercer comentarista era Yésica Palmeta, hermana del boxeador rankeado mundialmente Alberto «Beto» Palmeta, periodista deportivo y autora de el primer libro dedicado a el boxeo femenino que se llama: “Abran Paso 20 años de boxeo femenino en argentina”.

El encuentro con Osvaldo, fue «combustión espontánea», son las perlas de mi vida en el boxeo, de esas que atesoro en mi corazón y mi mente. Que me electrifican de vida todo el cuerpo, y luego me llenan los ojos de lágrimas. Le quiero agradecer a la vida, y a quien me regalaba todos los libros y recortaba todas las notas de los diarios donde escribía Osvaldo y Walter Vargas: a mi vieja. Le quiero decir al cielo: «Mami lo hice, mami lo logré, ya llegué, me lo gané. Llegamos hasta ahí… Y no nos vamos a volver a ir».

LA LEY DEL BOXEO

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