¿Alguna vez te preguntaste por qué es tan recurrente encontrar casos de boxeadores que alcanzan la cima y la nueva vida que poseen los termina noqueando? ¿Cómo puede ser que, de tanto dinero adquirido en la carrera, su cuenta bancaria termine en un rotundo 0? Si bien cada persona es un caso distinto, en todas se encuentra un factor crucial, que posiblemente ayudará al boxeador a continuar creciendo o será un empujón al vacío: el entorno.
Por supuesto que la respuesta a cada una de estas preguntas necesita un análisis profundo, con el cual probablemente tampoco se encuentre una respuesta sólida a un hecho que se repite década tras década. Escuchamos atentamente la palabra de tres voces autorizadas del deporte, en busca de profundizar sobre cómo puede repercutir un entorno positivo o negativo en el deportista.
¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase “los amigos del campeón”? En las buenas aparece mucha gente nueva, algunos con el deseo de sumarse al éxito del boxeador, otros con el objetivo de simplemente figurar, mientras que otros llevan malas intenciones. Desde lejos, es fácil observar quién busca distraerlo y perjudicarlo en su carrera, aunque década tras década los ejemplos nos siguen demostrando que es una ecuación que difícilmente cambie de resultado.
Amigos, familiares, compañeros de gimnasio, entrenadores, promotores… hay una lista interminable de personas que pueden ser cruciales en el éxito de un boxeador.
Tanto Alberto Zacarías, entrenador y manejador, Carlos Irusta, reconocido periodista nominado al Salón de la Fama, y Pablo Chacón, excampeón del mundo y actual entrenador, se tomaron el tiempo de compartir sus pensamientos.
Alberto Zacarías: “En la vida es fundamental el entorno. El entorno tiene que ser acompañamiento, porque es un deporte que ellos eligen. Nadie los obliga a boxear. No hay madre en la historia que haya recibido a su hijo recién nacido y que desee que sea boxeador”.
Carlos Irusta: “Sí, el entorno es crucial. El entorno es el que te ayuda, te tira abajo o te estimula. Si te estimula se potencia muchísimo, pero si no te ayuda, te puede tirar muy abajo”.
Pablo Chacón: “El entorno ayuda a un montón, pero siempre va a depender de uno. El entorno influye, por supuesto, pero yo creo que las decisiones para bien o para mal, las toma la persona”.
Carlos Irusta: “Al boxeador a veces le cuesta trabajo distinguir a los verdaderos amigos de los falsos. Cuando un boxeador empieza a crecer y a tener éxito, empiezan a aparecer los amigos. El boxeador debería hacer una distinción entre aquellos que lo conocían antes de que alcanzara el éxito y los nuevos. Generalmente, los nuevos son los que, además de decirle todo que sí, luego empiezan a ofrecerle negocios fantásticos en los que el boxeador tiene que invertir dinero. El boxeador tiende a ser muy crédulo, por lo que empieza a creer en la adulación y en esos futuros negocios. Parece mentira que se repita la historia, pero se repite porque generalmente los nuevos son especuladores y manipuladores. A veces, entran con ofertas o préstamos, y cuando el boxeador se quiere acordar, ese préstamo que le hizo el amigo le sale muy caro”.
Alberto Zacarías: “Yo no les diría “amigos del campeón”, les diría “endulzadores de oído”. A vos te gusta cuando viene alguien y te dice que bien a todo. Te enamoras de esa persona. La mente del deportista es la de una persona como vos, como cualquiera. ¿A quién no le gusta escuchar cosas lindas?”
Pablo Chacón: “Siempre aparecen, depende de cada uno y de la suerte. Yo siempre digo que no todos son malos, porque no nos tenemos que olvidar que las personas no tienen la culpa de que uno se haga famoso, que uno empiece a ganar. Muchas personas pueden no ser tus amigos, pero te idolatran, te aprecian porque se sienten representados, sienten que estás representando al barrio, al pueblo, a la ciudad, a la provincia y al país. La mayoría no son malos, no sé si las otras personas son malas, a lo mejor son oportunistas”.
Pablo Chacón: “Porque en el boxeo el 99,9 por ciento venimos de muy abajo y con muchas falencias. Una de las falencias es la parte intelectual, la parte cultural. En el contexto de la pobreza, no está muy inculcado el estudio, sobre todo está el trabajo. Somos muy vulnerables. Un día andas juntando cartones y después estás en TyC Sports. Es muy loco, es un cambio muy grande para las personas que lo conocen, para sus familiares, para su barrio, para su zona y para la persona en sí también. Si no tienes una buena contención, es muy fácil descarrilarse”.
Carlos Irusta: “Un gerente de una empresa, un político o un actor, que se supone que están más preparados, a veces son permeables a la adulación. Imagínate, en el caso de un boxeador, que además tiene una particularidad: es él solo, no forma parte de un equipo. Entonces, lógicamente, aquel que adula, aquel que felicita, aquel que le dice todo que sí, siempre va a tener más puntos positivos para el boxeador que el que le critica las cosas. Aunque no se dé cuenta de que a lo mejor el verdadero amigo es el que lo critica.”.
Alberto Zacarías: “Yo desde el primer día que vienen veo a uno que escupe en el piso y lo mando a limpiar. Si no saludan lo llamo y le enseño que cuando uno llega a un lugar debe saludar. No es solo lo físico, el deporte tendría que estar a la misma altura que la educación. No hay madre, padre o novia que se meta al gimnasio. Yo a su casa no me meto, si ustedes lo traen acá las reglas las pongo yo. A mis boxeadores nunca les mentí, yo les cuento todo, por más doloroso que sea. Yo trato de ayudarlos, siempre les digo que en la vida portándose mal terminas mal, puedes terminar muerto o preso. En cambio, si las haces bien puedes terminar mal también, pero tienes la oportunidad de que te vaya bien. Para mí no son boxeadores, son personas que boxean”.
Pablo Chacón: “Cuando son chicos nuevos y jóvenes, uno puede llegar a aconsejar o influir un poquito, pero después, cuando ya son mayores de edad y son profesionales, es muy difícil involucrarse. Es muy difícil porque hay otros intereses, porque cuando les empieza a ir bien es normal que empiecen a tener privilegios y mejores tratos. Es complejo, generalmente uno lo que puede hacer es dar una opinión, siempre y cuando el boxeador o la persona lo pida. Es difícil meterse en la vida personal de un deportista o de una persona”.
Carlos Irusta: “Yo no creo mucho en eso, porque más allá del origen humilde de cada uno, están también las buenas raíces que tenga el boxeador. El problema no es solamente la humildad o de dónde viene, sino el entorno familiar, que a veces ha sido violento o lo han dejado de lado. Por eso, el boxeador necesita mucho afecto. También hay una cosa que pasa en el boxeo, que pasa en el tenis, por ejemplo, y muchísimo, pero muchísimo más en el caso del fútbol: el papá del jugador. El papá del jugador es aquel que cuando el chico tiene diez años se agarra a las piñas con el árbitro porque no le cobró un penal, porque proyecta su incapacidad futbolera en su hijo. Es el mismo que después va a tratar de manejar la carrera sin saber los vericuetos de la actividad. Pero a veces la debilidad del amigo, la amiga, del papá, de la mamá o del hermano recae en el boxeador, en este caso, o en el deportista”.
Pablo Chacón: “Yo me crie en una familia muy humilde. Andábamos por la carretera en un carro, con un caballo, juntando cartones y haciendo changas. Pero éramos una familia que, pese a las carencias, tenía contención. Éramos una familia normal, con muchas falencias y necesidades. Por supuesto, no teníamos luz, no teníamos agua, vivíamos en un ranchito de adobes. Sin embargo, éramos felices. Así vivíamos, y yo siempre digo lo mismo”.
Como les mencionamos al inicio, no vamos a encontrar una respuesta sólida a las preguntas que fuimos planteando. Sin embargo, hemos conocido un poco más la vida del boxeador, o al menos como es percibida desde distintas partes del mundo del noble arte.
Solemos quedarnos con las batallas que libran los púgiles arriba del ring, aunque a veces la más complicada está fuera del cuadrilátero. Cuando se quitan los guantes, comienza un nuevo desafío: el de no ser superado por el entorno. Que puede ser tu sol, pero si es malo puede ser tu nube… FUENTE: BOXEO DE CAMPEONES
LA LEY DEL DEPORTE