Normalmente, la gente que empieza a andar en bici, nunca más la deja. De alguna u otra manera se retoma. Tiene todos los componentes de una adicción: adrenalina, euforia, endorfina, «tsunami» de fuertes emociones, dopamina, obsesión, compulsividad, y hasta el síndrome de abstinencia cuando no se puede salir. Una adicción, claro, positiva, que te llena de vida, si la actividad se hace adaptándola a la realidad biológica e histórica de cada uno.
La pandemia fue el impulso que desató un boom alrededor de la bicicleta: su uso creció un 156 % en el país y sus ventas más de un 50%. Elegida por muchos por ser el primer medio de transporte que se habilitó tras la cuarentena estricta, esas tendencias se mantienen aún en estos días, ya muy lejos de esos tiempos oscuros.
Según Google, la búsqueda de circuitos para recorrer en dos ruedas subió en un 83 % a nivel país. Y la Argentina se encuentra en el puesto número 15 del ránking mundial en cantidad de ciclistas. En Concordia está lleno de mtb y circuitos desafiantes y divertidos
De la mano de este boom también se dio un crecimiento del cicloturismo. Uno de los beneficios que tiene andar en bici en relación con caminar, es que se pueden recorrer largas distancias en menos tiempo y con menos esfuerzo. Además, se pueden disfrutar los paisajes, frenar para sacar fotos y hasta descansar y charlar en lugares que, en algunos casos, con otro vehículo no se podría acceder.
Si bien cualquier persona que no tenga una discapacidad limitante puede andar en bicicleta, la primera recomendación de los que están en la actividad es empezar de a poco y con apoyo profesional de un entrenador, sobre todo en caso de que se quiera hacer algún circuito con dificultad. Se largan personas de todas las edades y en todas las condiciones físicas. Lo importante primero es conocer tus antecedentes deportivos, cuánto tiempo es el que dispone para entrenar, y qué actividad le gustaría hacer.
A los requerimientos físicos, también hay que sumarle los elementos indispensables: una bicicleta todoterreno (en buenas condiciones) y sus elementos de protección como el casco, los guantes y una botellita para el agua. También algunos repuestos básicos como cámara de aire y alguna herramienta por si se pinchan las ruedas en el camino. Se recomienda tener en cuenta la dificultad, el grado de elevación que tiene el camino, cuántos días de pedaleada se requiere y qué tipo de experiencia se quiere hacer (por ejemplo, acampar).
Concordia tiene abundantes y muy copados circuitos y paisajes para recorrer en bici. Muchas salidas se pueden hacer de manera independiente o sumarse a grupos con la logística organizada, con traslados y un vehículo especial donde se llevan las bicicletas. Como hacen los del Círculo Italiano, los de Diego Ricagno, los Ecociclistas que no compiten, o los del Palomo Cycling Team, que viajan en manada a un punto y desde allí se rueda, o «tocan la banda» todo un fin de semana.
Un paseo lindo en la ciudad de Concordia es por la costanera, el parque San Carlos, el parque Nebel y el Saladero. Puedes arrancar para Villa Adela, Benito Legeren, Magnasco, Colonia Ayui, etc. El gran atractivo de los grupos es que inventan recorridos desafiantes y divertidos. Donde ves tu sitio desde «otro vidrio». Te reencuentras con esos lugares secretos y escondido de cuando eras chico. Como cuando buscabas las «Aventuras de Tom Sawyer» o querías ser un «Cuenta Conmigo»
El Palomo inventa y hace recorridos super copados y con variantes. Por colinas, montes, senderos, o por caminos rurales llenos de naranjas y mandarinas, listas para ser «manoteadas» y degustadas. Por ejemplo, el «Circuito Motoracos», «Circuito de las Colinas», el «Circuito del Saladero», «El Wanderers», el temido «Circuito de los Cerros», «La Montaña del Negro Imas», el complicado «Circuito de las 1.300 Millas», «El Maypu», las «Cuestas del Éxodo», o el del «Rey Arturo», entre otros. Imposible aburrirse. Es, me pasa, volver a vivir y pasar por lugares, con todos los sentidos encendidos, que no pisaba desde mi más temprana y tierna edad. Aquellos años dorados donde quería «ampliar el campo experimental».
Andar en bicicleta tiene otros beneficios más: Mejora la salud cardiovascular: Montar en bicicleta ayuda a fortalecer el corazón, mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial, el colesterol alto y los accidentes cerebrovasculares.
Controla el peso y quema calorías: Es una actividad física efectiva para quemar calorías y mantener un peso saludable. Ayuda a acelerar el metabolismo y a reducir el porcentaje de grasa corporal. Si lo haces regularmente puede contribuir a la pérdida de peso y a mantenerlo a largo plazo.
Fortalecimiento muscular: Al pedalear, se ejercitan diversos grupos musculares, como los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y pantorrillas. También se fortalecen los abdominales y lumbares al mantener el equilibrio y la estabilidad durante el ciclismo. Puede ayudar a tonificar y fortalecer las piernas y la parte inferior del cuerpo en general.
Mejora la resistencia y la capacidad pulmonar: Mejora la capacidad pulmonar y fortalece los músculos respiratorios. El aumento de la resistencia física te permitirá realizar actividades diarias con menos esfuerzo y participar en otras con mayor facilidad.
Aumenta la flexibilidad y la coordinación: Andar en bicicleta promueve el desarrollo de la flexibilidad muscular. Además, ayuda a mejorar la coordinación, el equilibrio y la estabilidad, ya que implica mantener el control del cuerpo y el manejo de la bicicleta al mismo tiempo.
Promueve un envejecimiento saludable: El ciclismo regular puede ser beneficioso para los adultos mayores. Contribuye a la salud ósea, a prevenir la pérdida de masa muscular asociada con el envejecimiento y a mejorar la movilidad y la función cardiovascular. Además, montar en bicicleta puede ser una actividad de bajo impacto que reduce el estrés en las articulaciones, lo cual es especialmente importante para las personas con artritis.
Hablando de estrés, lo reduce y mejora el estado de ánimo: El ejercicio en general, incluido el ciclismo, libera endorfinas, hormonas responsables de mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. Montar en bicicleta al aire libre también puede ser una experiencia relajante y placentera, ya que te permite disfrutar de la naturaleza y el entorno, lo cual contribuye a la reducción del estrés y la mejora del bienestar mental.
Estos son solo algunos de los beneficios que el ciclismo puede brindar. Recuerda siempre usar equipo de protección adecuado, como casco, y adaptar la intensidad y la duración del ejercicio a tu nivel de condición física. Para poder hacerlo y disfrutarlo por mucho más tiempo. «Y cuando pedaleas en la naturaleza, te olvidas hasta de pagar las cuentas».
LA LEY DEL DEPORTE
