Mis pensamientos me preocuparon, inhibieron, me dieron dolor de cabeza, hasta creérmelos y hacerme mucho daño. Entonces en El Arte de Volver me recomendaron hacer Mente Plena, que es una meditación que hoy está muy arraigada. Esta ha sido practicada durante siglos en diversas culturas y hoy en día se reconoce ampliamente como una herramienta eficaz para mejorar la salud mental.
Con ella aprendemos a tolerar el impulso de seguir patrones que no nos sirven. Cultivamos un espacio entre el pensamiento y la acción, aumentamos nuestra capacidad de estar en este espacio y en este momento, reaccionando de forma menos compulsiva, considerando las opciones de las que disponemos y funcionando menos en piloto automático.
A lo largo del año lidiamos con tareas y responsabilidades que nos generan mucho «ruido mental». ¿Han observado cómo nos hace sentir todo?, ¿son conscientes del dolor que esas experiencias nos generan? Yo no tenía idea, solo me sentía muy mal.
En ocasiones seguimos tendencias que nos hacen reaccionar ante los acontecimientos sin tener la percepción de lo que estoy eligiendo. Las experiencias cotidianas se tiñen por ese «parloteo» constante donde los pensamientos invaden nuestra atención. Y nos llevan a cualquier sitio, menos a la experiencia que está sucediendo en este mismo momento.
Tomar unos minutos para reconectar, se ha convertido en una experiencia cada vez más gustosa y demandada. Y es que todo ser vivo busca paz, relax, seguridad y un refugio donde descansar.
El objetivo del mindfulness es lograr un profundo estado de conciencia durante la sesión y se usan varias técnicas concretas para alcanzarlo.
Hay que hacer meditación para callar la mente. El mono de la mente es inquieto, salta de rama en rama, generando asociaciones, pensamientos, imágenes, razonamientos, juicios, recuerdos, fantasías, y toda otra clase de eventos imaginarios. Que te dejan exhausto y te roban vitalidad.
Uno de los beneficios más reconocidos de la meditación es su capacidad para reducir el estrés y la ansiedad. Al enfocar la atención en el momento presente y practicar la respiración consciente, ayuda a calmar la mente y disminuir los niveles de estrés.
Estudios científicos han demostrado que la meditación regular puede reducir los síntomas de ansiedad y promover una sensación general de calma.
También es conocida por mejorar la concentración y la atención. Al practicar la focalización de la mente en un objeto, como la respiración o el cuerpo, se fortalece la capacidad de enfocarse y se mejora la atención sostenida.
Esto puede tener beneficios significativos tanto en la vida cotidiana como en el ámbito deportivo, ayudando a mantener la concentración durante largas sesiones de entrenamiento o competencias. Vas sintiendo la respiración, tus músculos, escuchando el viento, absorbiendo el frío y/o mirando el paisaje. ¡Si la concentración es buena, ninguna factura te cae desde el fondo de tu cabeza!
La meditación puede ser una poderosa herramienta para promover el bienestar emocional. Al cultivar la atención plena y la aceptación, se desarrolla una mayor capacidad para manejar las emociones difíciles y regular las respuestas. También eleva los sentimientos de gratitud, compasión y amor propio, lo que contribuye a una mayor satisfacción y felicidad en general.
La práctica regular de la meditación fortalece la resiliencia mental y emocional, ayudando a las personas a hacer frente de manera más efectiva a los desafíos y adversidades de la vida. Fomenta una mayor conciencia de los pensamientos y emociones, lo que permite una respuesta más reflexiva ante situaciones estresantes. Esto es especialmente beneficioso para los deportistas de resistencia, ya que podemos enfrentar desafíos físicos y mentales durante sus entrenamientos y competiciones. Que la idea de abandonar no te lleve a hacerlo, sabiendo de la impermanencia de los pensamientos, que como vienen… luego se van.
La meditación desempeña un papel importante en tener unos hábitos de sueño saludables. Muchas personas sufren de insomnio o tienen dificultades debido al estrés y la ansiedad. Y esta disciplina, antes de acostarse, puede ayudar a respirar mejor, calmar la mente y relajar el cuerpo, creando un ambiente propicio para un sueño reparador. Al establecer una rutina de meditación antes de dormir, se puede mejorar la calidad del sueño y despertar con mayor energía y claridad mental.
El Mindfulness se ha demostrado efectivo en la reducción de los síntomas de depresión. Al practicar la atención plena y la autocompasión, se puede desarrollar una mayor conciencia de los pensamientos y emociones negativas, relativizarlos, y aprender a manejarlos de manera más saludable.
Fomenta una mayor conciencia corporal y ayuda a las personas a cultivar una actitud más compasiva hacia sí mismas, lo que puede reducir la percepción del dolor y promover un mayor bienestar emocional.
En la práctica, lo que experimenta una persona con el mindfulness es una conexión muy estrecha consigo mismo, con su cuerpo, con su mente y con sus emociones. Es por ello que se convierte en una práctica imprescindible si quieres gestionar correctamente tus sentimientos, pensamientos y emociones.
Al practicar mindfulness te ves a ti mismo desde otra perspectiva, como si fueras un observador que ve amablemente todo lo que acontece en ti y en tu entorno, de modo que te haces más consciente de lo que sientes y piensas. Esto te dará mayor capacidad para ver el cuadro completo desde afuera, alinear tus pensamientos y sentimientos con cualquier propósito que tengas. Estas meditaciones nos propone estar de manera diferente, como cuando éramos chicos, habitando el momento presente, reconociendo como el único tiempo real.
Mindfulness es la capacidad de estar presente en el presente, reeducando la mente y el cuerpo para enfocarnos en el «ahora mismo». Y lograr cambios profundos para generar menos sufrimiento para mí y menos sufrimientos en el mundo. Es una herramienta simple, pero poderosa para romper el círculo vicioso de la desatención, creando la maravillosa posibilidad de que la mente se calme, siendo ella la gran causa de tanto sufrimiento…
“Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente vivir”, Dalai Lama.