La Ley del Deporte

PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA Y TRIATLETA MARTIN «EL PALOMO» SEGOVIA EN «LA LEY DEL DEPORTE»

El barrio Lesca es un barrio viejo, y de casas bajas. Situado entre el arroyo Manzores, el centro, y boulevard San Lorenzo. Encuentra en la gran plaza Zorraquín su «parque de diversiones». Un hermoso pulmón verde y onduloso que se presta y mucho para andar en bici, pero si derrapás en su textura ríspida, te machucás. Ese reducto está rodeado de edificios iguales, y agrupados por sectores, cada uno es una pequeña «vecindad del chavo», llena de personajes e historias que van y vienen. Y en ese contexto, se crio e hizo el personaje de hoy.

Hoy es Profesor Nacional de Educación Física, obtuvo un Post Título en Medicina y Deportes, y practica el mountain y el triatlón, pero priorizando su trabajo como entrenador. Un apasionado y capacitado en lo que hace. Tanto es así que siempre está haciendo cursos, aprendiendo, y emprendiendo nuevos desafíos laborales.

No es que entrena como un demonio y te pasa la rutina cuando termina el día. Está encima, te corrige la técnica, dosifica tu esfuerzo, te recomienda unas zapatillas, un servicio mecánico, te muestra un portal a seguir, te comparte el link de una casa de ropa, o te sugiere un kinesiólogo para «curar heridas». Bienvenido popular y populoso Martín «El Palomo» Segovia a «La Ley del Deporte»:

«Lobillo», ¿cómo andamos? Jajaja. Yo soy del barrio Lesca, de Tucumán y Colón. Criado solo por mi mamá, «La Elba», quien hizo la casa ahí, y salió adelante sola, trabajando en una escribanía mucho tiempo, y después como Gestora. A mi papá no lo conozco, nunca lo vi en mi vida, ni me preocupe por conocerlo, vive en Buenos Aires, tenía camiones y ahora tiene una empresa de colectivos, y eso fue lo último que supe».

«El ultimo deseo de mi vieja es que yo conozca a mi padre, hasta me dio un día su numero de teléfono y todo, lo que pasa es que estaba muy dolido, digamos, y hoy quizás podría verlo con otros ojos, desde otra perspectiva, así que podría ir, por que no, hablar y entenderlo, pero no me vuelvo loco tampoco… Por suerte, y gracias a ella y a la familia, nunca sentí esa falta de no tener un padre».

«En casa vivíamos mi vieja, el novio de mi vieja, y yo, hasta los doce más o menos. El fue la imagen paterna que tuve. Fue una de las personas que me impulso en el mountain bike, a los nueve años, cuando arranque. Me prestaba su bici y me llevaba a las carreras». 

«Otro que me estimulo para hacer deportes fue mi tío «Chiviro» Segovia, el hermano de mi mamá. Hizo pruebas combinadas y me llevaba a todos lados. Vive al lado de casa, y sus hijas, mis tres primas, son como mis hermanas, más o menos. Las que me «tapaban» todo» cuando me «mandaba alguna».

«Recuerdo que a el le gustaba mucho pescar e íbamos hasta la playa Los Tomates en La Bianca, en bicicleta. A mí no me gustaba pescar, pero la odisea, la aventura era ir hasta allá en la mountain, ida y vuelta, era muy divertido». 

«Después estaba Olga, mi segunda mama, la mujer de «Chiviro», que me daba todo también, me escondía las macanas, era vecina mía, y siempre estuvo cerca para darme ese afecto de tía».

«Yo ya andaba en bicicleta todo el tiempo que podía en la plaza Zorraquín, a la vuelta de mi casa. O vagando en la costanera. Me escapaba de casa a la siesta y me iba a andar. Siempre fui de vagar. Hasta que me descubría «La Elba» y me iba a buscar con el cinto para que raje para la casa (se ríe)».

«Iba al club Regatas. Mi vieja jugaba a paddle, ahí hice tenis, canotaje con Fabián Cabrera, después con «Pity» Sbresso y «Toto» Agostini, natación con Patricia Alvez, la hermana de «El Pollo», y jodiendo todos los días en el pontón. Hice pedetrismo, rugby en el club Salto Grande, boxeo con Victoriano Fernandez, pase por muchos deportes, pero el mountain bike siempre, nunca lo deje, desde los nueve años. Arrancamos con «El Emi» Istillarte, «El Culón» Medali y «El Ale» Janín, quienes hoy están en el grupo».

«A la primaria fui a la escuela Vélez Sarfield, y a la secundaria fui a la Comercio 2. Primero estaba en el centro y después frente a la Estación Norte, por gobernador Cresto. Siempre en bici, era mi medio de transporte «.

«En pleno auge de Independiente, donde jugaba «El Palomo» Usuriaga, Sebastián Scharn, jugando al futbol en el Regatas, como yo era bastante rápido y negro, me puso «Palomo» y ahí me quedo el sobre nombre». 

«Corría en bici, gane seis campeonatos de Concordia y tres entrerrianos, remaba, ya corría trilagos, con trece salí tercero en la general. Después jugué al hockey en el club Hípico, fui a la selección de Entre Ríos, tres veces pre seleccionado nacional, jugaba de 9, jugué al rugby en el Salto Grande, desde los 15 hasta los 17, más o menos, pero el ciclismo era lo que nunca dejaba».  

«Siempre fui vago, de salir, desde los 13 hasta los 18 salía, hasta he corrido sin dormir, viaje mucho con «El Tico» Galarza, «Ale» Janín, con Diego Ricagno nos fuimos al Nacional de Bariloche, esa vez me caigo, doblo las palancas y no pude llegar. Corrí varios nacionales, Mercosur, si se podía ir íbamos, pero todo «a pulmón».

«Estudie Educación Física en el Iseef, no lo pensé mucho, estábamos mi vieja y yo, entonces no cabía eso de irse y dejarla, mientras tanto laburaba en el restaurante Sepia de barman, hice un curso de personal trainer en Santa Fe con «El Ale» Ricagno, y a raíz de eso ya tuve mis primeros alumnos, además termine el curso de guardavidas en la playa, y conseguí ejercer, que me encantaba, fueron «años dorados». Amaba estar en «Las Perdices», entrenar, pasarla con compañeros y amigos, llevar mis alumnos, que no se puede, y disfrutar de la playa que te da esa vitamina natural».

«Tuve un grupo de running y otro de bici en el gimnasio «El Portal» de «El Enano» Díaz, pero lo termine dejando para insertarme en el sistema educativo y sumar horas ahí. Fui a trabajar hasta San Jaime de la Frontera, en mis primeros años, tengo una prima que esta ahí, Andrea, que entonces me aviso que necesitaban gente, ella licencio por mi, y fui. Viajaba en colectivo hasta allá, y me volvía «a dedo». Cuando llegaba, reunía a mis alumnos en la Estación Norte, y entrenábamos».

«Aparte fui preceptor de la Escuela 77, en el barrio Los Pájaros, me iba en colectivo y me bajaba de mañana, aún de noche, en invierno y con neblina, pasando el Víctor Opel, a la derecha, por donde pasamos en la bici los otros días. Y durante años he sido Celador y profesor en la Técnica 3, en el barrio Jose Hernández, ahi donde diste charlas sobre adicciones».

«Además fui árbitro de hockey, que no me gustaba mucho porque las jugadoras te echaban la culpa de todo, me volvía a casa con una bronca. Ganaban a pesar de uno y perdian culpa de uno… Y más tarde fui profesor de Educación Física ahí, donde ponía a punto unos planteles».

«Estaba trabajando como siempre con el grupo de pedestrismo que es masivo, luego surgió el de triatlón con «Javi» y «El Pin», luego vino «Lalo» que ya corría con nosotros, «Orce» se agrega que andaba solo, convencimos a «El Porte», y Penco que nos entrenaba «en el agua», éramos pocos, y lo armamos, pero se fueron sumando gurises, así como vos».

«Después, en Pandemia y sin planearlo mucho, empezó el de Mountain Bike, de manera virtual, porque en ese entonces no se podía correr, pero que creció bastante y sin sospecharlo. Entonces me dije «por qué no», y puse las energías para sostenerlo y hacerlo crecer, y exploto. Ahora arranque con este nuevo proyecto del gimnasio a cielo abierto, donde mucha gente se ha ido sumando».

«Los deportistas que más limitaciones pueden encontrar en los deportes individuales como el nuestro, son los que entrenan en solitario. Por qué en muchas ocasiones no ayuda a que seamos constantes, salvo que seas muy fuerte de cabeza, como «El Pin», digamos, que los hay».

«Con mis alumnos trato de que entrenen, pero también organizamos viajes, carreras, cumpleaños, bienvenidas, comidas, que encuentren un lugar donde hacer actividad física y socializar. Yo no paro, voy para adelante porque me gusta hacer cosas, ya soy así».

«El entrenamiento deportivo y hasta el recreativo requiere de regularidad, si no entrenas no vas a disfrutar ni mejorar, y no siempre se puede. A veces se complica con el laburo, el estudio, la familia, lesiones, etc.».

«Hacer deportes, y competir es un privilegio. Muchos tienen tiempo, pero no los medios, y otros tienen los medios, pero no tienen ese tiempo. Entonces hay que valorar, el poder hacer actividad física, o ir a competencias, como nosotros, y disfrutar de esa calidad de vida».

«En los grupos entrenamos en los parques, la costanera, arenal, pista, ruta, senderos, colinas, playa, río, lago, etc. Siempre estamos analizando nuevos recorridos viables, y trabajos diferentes para que sea más abarcativo y divertido».

«Con los muchachos es más probable que cumplas con tus compromisos. Si decidiste quedar para salir, no vas a cancelar. No querés dejarlos «plantados», eso te da un plus para ir, y aparte se te hace más ameno».

«El entreno con los vagos te enfoca. Salen maratones, duatlones, triatlones, trail, viajes, cumpleaños, lo que sea… Como hacemos nosotros, y nos va construyendo una filosofía de vida, en la que «está todo bien». 

«A veces no nos damos cuenta, Fede, del privilegio que tenemos. Mucha gente quiere hacer esto, pertenecer, correr, viajar, y nosotros que lo hacemos y estamos adentro ya no lo vemos, y es una filosofía muy deseada, pero para nosotros es lo habitual y normal». 

«Hoy en dia, lo que más me motiva, y lo unico que me hace entrenar duro, hacer dieta, descansar bien, osea cuidarme, es el Half Iron Man, por eso durante el verano, a partir de diciembre, enero, febrero, y marzo, voy compitiendo, poniendo a punto y alineando «la maquina», para poder llegar bien y rendir». 

«Una cosa que quiero recalcar es que siempre se puede hacer deportes, de alguna manera. El limite muchas veces nos lo ponemos con pensamientos negativos, pero siempre se puede, nunca es tarde para disfrutar las hormonas de bienestar que te brinda el entrenar. Y poder disminuir los factores de riesgo como el estres, la ansiedad, la diabetes, el colesterol, la presion arterial, la obesidad, y demás». 

«Y agradecer a mi mama que es lo más, me inculco el estudio, el trabajo, el deporte, la humildad, el esfuerzo, y encima, como hijo único, me dio todo: la mejor raqueta, las mejores zapatillas, ha sido una leona que le peleo y le gano a la vida. Hasta el día de hoy me impresiona ver como lo hizo, y ha sido la gestora de todo».

«El Negro» no va a parar de laburar, le gusta, lo hace bien, y arrastra mucha, pero mucha gente. Por eso lo eligen a el. Los grupos de running, trial, mountain, ciclismo convencional, y triatlon… no se paran de agrandar. Se suman «locos» que no se ni de donde los saca (jaja). Con esto de las redes, pero sobre todo por que lo ven y por el viejo y siempre vigente «boca a boca»… quieren estar. Evidentemente es un lugar privilegiado, con mucha gente e infinidad de subgrupos, desafios, y amigos. 

Entrená y sentite bien en el «Palomo Team». Con compañeros y amigos vas a tener una vida deportiva, placentera y durable. Hablarás el mismo idioma con otros, y las anécdotas e «historias asombrosas», de «grandes epopeyas», o «dolorosas carreras» comenzarán a florecer y a entretener. Tenés muchos niveles, días, y horarios. Solo tenes que ir, confiar, y arrancar. A entrenar y disfrutar.

FEDERICO «LOBO» MULLER

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